24 de abril de 2009

Historia de Bahía Blanca

.

Hace unos días me mostraron esto que según parece fue repartido en las escuelas por el aniversario de la ciudad:
.

.

Entonces recordé algo que escribí hace tiempo (precisamente acerca del elefante de la entrada anterior):
.
Los humanistas del renacimiento edificaron sus palacios usando como fundamentos las pilastras de los templos antiguos que habían despojado previamente.

Cuentan la historia. Pero si se ocupan de algo, es porque lo han matado, lo han expoliado, le han quitado la vida y ahora, como a un cadáver, pueden examinarle los órganos y esforzarse en reconstruir y hacer aventuradas hípótesis sobre sus diferentes mecanismos vitales. Hacen alarde de la "continuidad", de la perduración, del legado y se enorgullecen de epopeyas dudosas, monumentos y construcciones suntuosas, para mantenerse y convencerse de que están vivos. Pero evitan cuidadosamente la mención del momento de la muerte, saltean ese minuto fatal (que puede durar varios siglos), y callan (hasta que lo olvidan) cualquier manifestación de ese proceso de necrosamiento.

Es eso lo que hace que las piedras se vuelven cada vez más negras.

.

22 de abril de 2009

Historia Antigua


Vi este monumento en Roma en el año 2004. Está en la plaza frente a la basilica Santa Maria de la Minerva, erigida sobre un antiguo templo en honor de Minerva (o sea, la socia romana de Atenea, diosa de la sabiduría)

Tenemos ahí:

- un elefantito hecho por Bernini, uno de los obeliscos egipcios traidos desde Heliópolis por el emperador Domiciano, y encima de todo el crucifijo en honor del papa que encargó la obra en 1669.

o sea,

- la historia "universal", el "legado" del mundo "clásico" montados en el centro de una plaza para deleite, no de los arqueólogos -que nada pueden hacer frente al imponente volumen y peso del mito y del relato- sino de los turistas ilustrados ("cultos" dirían ciertas señoras de una cierta edad).

- las unidades del programa de estudio de algunas materias de la carrera de historia (al menos como la conocí yo)

- un objeto-clave para la historia de la historia, para hacer la arqueología del Relato.


20 de abril de 2009

Conversaciones

Marcelo

- “En cada uno
de los 72 millones
de átomos que forman
este grano de azúcar
hay un espacio
como el que separa
a la tierra del sol;
los cálculos lo demuestran:
apretando
podría llegar a caber
toda la humanidad
en un dedal.
Sí,
toda la materia
está llena de vacío”.


Néstor:

- “Líquido
por la canaleta
viene el hierro,
agua, es agua,
mil y pico de grados, cae
dentro de la cuchara
mil kilos
si toca el suelo explota
en pedazos,
como una bomba,
hierro líquido
para todos lados
como una bomba
al tocar el suelo
se
so
li
di
fica
de golpe,
incandescente,
en esquirlas.
Cuando la cuchara pasa
arriba de mi cabeza
pienso
si algún día
se corta
un cable de acero
o algo
no quedamos
ninguno
acá."

Enrique


- “ for
jar
te,
esa era la palabra,
había que forjarlo
al que entraba
a la escuela.
En la pileta de natación
la bala,
de bronce
la depositaban
en el fondo
tenías que sumergirte,
agarrarla,
empezar a patear,
once
o doce kilos
sin poder
ayudarte con los brazos,
sacarla a flote
y ponerla
sobre el borde de la pileta.
O te llevaban
a la parte honda
‘empezá a flotar,
no a nadar,
flotar
nada más’
y enseguida:
‘saque,
levante un brazo,
los dos pies,
ahora levante
los dos brazos’,
¿entonces?
sacabas la nariz
y respirabas
así como podías.
Y en el trampolín,
ni hablemos,
nos hemos dado
ahí,
cada golpe
que mama mía...”

Catalina

- “No,
no creo que pueda
borrar el estruendo
que salpicaba
la excitación
de este hombre al contar
cómo sobrevolaron
la plaza que ni se dio
cuenta de cuántos cayeron
ni tampoco
borrar el olor
del asfalto pegoteado
en sus suelas
ni el ruido
en Córdoba de las máquinas
camineras
o el estremecimiento,
de nuevo,
al dar vuelta
la tierra del campo
penetrándola con la punta
plateada del avión ese
que al final se compró
para ver
desde arriba
los potreros inmensos
como plazas
llenas de cabezas
negras de vacas
estallando de leche.

No,
no creo que pueda
sacarme de encima
tan pronto,
todo ese lastre,
toda esa
humedad.”


José Luis

- “A veces el sello
no se marca bien
en el tarjebus,
con la helada
o la humedad
a la mañana;
antes de arrancar el cole,
al principio,
con un secador de pelo
le daban a la maquinita,
ahora, nosotros,
con las manos así,
como un embudo
soplando
le tenemos que hacer
para que ande.”


Guillermo

- “’Corte y confección, parece’ -
dice, mientras estira
las dos hebras de hilo
y me anuda
la piel anestesiada.

Yo le hablo de cuchillos y bisturíes,
y él responde : - ‘a mí
suturar
es lo que más me gusta;
y cuando es
cirugía mayor
traigo mi propio porta-agujas.

Si me voy de vacaciones,
a la semana,
ya empiezo con las manos,
que no sé qué hacer
y entonces me pongo
a hacer boludeces,
castillos, por ejemplo,
con arena
con barro
o lo que sea’ ”.


Rosana

- “Treinta y siete vestiditos traje
hechos por mi abuela
cuando vine de Italia
y mi mamá también. Aquí
me mandó a aprender
a bordar a máquina
me compraba
cosas para bordar
me sentaba
dos horas por día, eso
tenía que aprender yo.

Y en la Lanera arreglaba
las telas que salen
del telar con fallas
con una aguja
de acuerdo
a la trama,
la tela
la vas tirando,
una persona
marca
qué tipo de falla
por ejemplo,
un hilo más grueso,
tenés que cambiarlo
todo, a veces,
de punta a punta,
sesenta metros.
...
Aprendí a coser cuando tenía
los chicos chicos
con pedazos buenos les hacía
pantaloncitos,
enteritos
con una revista,
con los moldes pero,
porque,
por necesidad,
viste,
aprendés a coser,
no porque mi mamá me mandara
o porque a mí me gustaba,
porque no ....
los chicos me dan
las medias, ahora,
las miro,
las dejo,
las pongo en una bolsita
para que no se me pierdan

Un día digo: - ‘bueno,
hoy agarro la aguja’;
me siento
y llueve,
es matemático.”

María

- “Ya ni me acuerdo
cómo conocí a Rodolfo:
te digo una cosa,
que el próximo golpe
no me acuerdo
que me llamo María,
si tengo golpes encima,
estoy
toda remendada
por todos lados
como pantalón de linyera,
tuve un accidente me sacaron
todas las muelas
y al año y medio
me mordió un perro, mirá,
tengo
doce puntos en este
brazo seis acá
y acá casi
me sacan el estómago
...

y la vez pasada me caí,
pero gracias a Dios,
recién lavé las tazas
este brazo
lo tuve enyesado, esta mano
no la puedo mover, pero
no se me caen los anillos;
cuando tuve el accidente
el anillo,
no se me cayó, me lo sacaron
cuando me operaron; lo que sí
me rompieron los aros, el reloj,
todo,
un desastre,
los lentes,
los dientes...
La hija el otro día me dice:
‘en el Pami te ponen... ’, no,
dejame de dientes, nena ...
Mejor me voy
a fumar un cigarro”.

Rosana

- “Yo temblaba, ahí
sobre la camilla

- ‘por qué
por qué estás así?’ - preguntaba
el camillero – ‘si ya
tuviste como cuatro partos,
esto, al final, es
si querés,
mucho más fácil’
decía, - ‘no sentís
nada, mañana
es como si nunca
te hubiera pasado nada’."

Profesora de canto

- “De aire,
hay que hacer un colchón
de aire en los pulmones
hay que darle
dirección compactarlo
mandarlo
todo
para adelante
que salga.

Ese es
en definitiva el único

material que tenemos”.

15 de abril de 2009

Bacanica

Hace cien años el señor Septimo Pasqua, italiano, llegó a Galván. El oficinista de la empresa ferroviaria BAP (probablmente un secretario inglés o argentino) le preguntó de dónde venía y anotó lo que escuchó: Bacanica.



Cuando Septimio Pasqua dijo "Paganica", con una p muy suave, y una g cerrada al fondo del paladar, como suelen pronunciar los italianos esas letras, el amanuense escuchó (y escribió sin cuestionarse mucho) Bacanica.

Justo ayer estuve leyendo un artículo sobre la ecolalia y sobre ese momento, maravilloso, anterior a la adquisición de la lengua materna, en el que un niño eventualmente podría articular todos los sonidos de todas las lenguas.

Luego todo eso se olvida.

(En estos días se oyó hablar de Pagánica porque es que en ese lugar se produjo el terremoto hace una semana)

2 de abril de 2009

Relaciones Pasajeras 9 (Gato)

Después de cuatro años de viajar más o menos siempre los mismos pasajeros, cada mañana ida y vuelta a White, terminamos, de algún modo, conociéndonos.
Al chofer todos le decían Gato, quién sabe por qué, y muchos de los pasajeros y las pasajeras solían conversar con él. Yo también, de vez en cuando.
Un día, hojeando al azar una antología de Ezra Pound encontré este poema. Después, con el texto original en mano, traduje:

Gato Doméstico

A mí me gusta estar entre mujeres hermosas
¿por qué siempre mentir sobre estos temas?
Repito:
a mí me gusta conversar con mujeres hermosas
aunque no digamos más que tonterías.

El ronroneo de las antenas invisibles
es a la vez excitante y delicioso.



Hishida Shunso

No siempre hablábamos tonterías.
Un día me contó esto:

De alguna manera estuve en la guerra de Malvinas, aunque no fui a las islas. Justo estaba haciendo el servicio. Me vinieron a buscar en un camión y les avisaron a los padres unos cuantos días después. Estuve en el sur, en Comodoro. Justo mi cumpleaños tocó uno de esos días. Mis viejos se fueron hasta allá en auto, y después de semejante viaje, media hora les permitieron verme, media hora. Mandaban allá, a los soldados, de a grupos, mandaban primero, como te puedo decir a la gente de menos cultura. Un día llegó un grupo de negritos del Chaco, que ni escribir sabían, a ellos los mandaron primero. No volvió ninguno.