"Pese a haber sido protagonistas de una sucesión de episodios de los más
violentos del siglo XX, muchos han optado por el silencio, no sólo en
la esfera pública, sino especialmente en la privada. Hay relatos que
nunca salieron de la boca de esas víctimas. Nuestros abuelos y nuestros
padres estuvieron demasiado desbordados para poner en palabras sus
emociones o para poner emociones en sus palabras. Todo eso se acumuló en
sus inconscientes, y lo hemos heredado, y el resultado del silencio
pertinaz son comportamientos individuales y grupales temerosos,
vergüenza, victimización, rabia explosiva, entre otras manifestaciones
de 'lo no dicho'", dice Clara Valverde, autora del libro “Desenterrar
las palabras. Transmisión generacional de la violencia política en el
siglo XX en el Estado español"
El articulo de Sandra Russo, aca
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