Un niño rico esta sentado en una mesa del patio de comidas del shopping junto a su padre -supongo-, un hombre alto, canoso, vestido de bermudas y camisa blanca, y que toma cerveza sin demasiado apuro, y mira hacia atrás como buscando a alguien, y alrededor también (y en algun momento su mirada también cruza la mía), y cuando me levanto veo que el niño de unos nueve o diez años, llora, con desconsuelo pero sereno, trata de secarse los ojos, se apoya sobre su antebrazo, el hombre desde su silla, le acaricia ligeramente el hombro.
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