15 de junio de 2010

Tipografías 4 (y un texto sobre buzones)



Los buzones, de lejos, parecen todos iguales, pero no lo son.

En cada letra de cada una esas palabras -tan prescindibles para quien deposite una carta en ellos como para quien los emplee para algun otro uso (¿cuál?)-, tal vez sea posible advertir el laborioso y nada ligero trazo de un remoto herrero o modelista, ¿analfabeto?, ¿quién sabe? como una firma -anónima- en la que la singularidad de su caligrafía se marca en la precisión de un vértice, en el mayor o menor relieve, en una cierta distancia en la distribución de los caracteres.

No me he animado a tocar siquiera ninguno de esos buzones el día que saqué estas fotos, aunque no he dejado de preguntarme qué ángulo de apertura tendrían, si harían ruido y -lo más acuciante- hasta qué profundidad me sería posible introducir la mano, en una especie de espionaje táctil, entrando en una casa cuya puerta principal -por la razón que fuere- damos por descontado que no se nos va abrir. O en una especie de chapuzón a ciegas, deslizándola -la mano-  en lo profundo de una oscuridad desconocida de la que -también podría ser-  no puede, ya nunca más, salir de nuevo.

6 comentarios:

Marina Yuszczuk dijo...

Me había gustado mucho ya la serie anterior, quería decirte algo sobre la justeza del encuadre y la idea feliz de poner todas esas fotos juntas, creo que no lo hice.

Las pocas veces que tuve que dejar una carta o papelito en un buzón, tuve la sensación esa que decís vos sobre la mano: se supone que es algo que contiene pero tan oculto, que no sabía si estaba dejando mi cartita en un lugar seguro o arrojándola a un vacío del que nunca iba a volver.

Ahora, otro efecto de las letras juntas, me parece rarísimo que la palabra "buzón" exista, como un buzo agrandado. Me voy a buscar eso.

Ana Miravalles dijo...

también a mí generó un efecto raro ver repetida asi la palabra buzón ...

Marina Yuszczuk dijo...

Es una boca grande, me parece. Y no es igual que buzo. Parece que hay un caracol buzio en portugués, ah, pero mi diccionario de la Rae es tan escueto!

También, si lo pensás a los efectos prácticos, ¿no te parece rara esa costumbre de poner la palabra "buzón" en el buzón, como si el cartero o cualquiera que necesite echar una carta no supiera? ¿Será como decir "sí sí, acá podés echarla"?

Ana Miravalles dijo...

quien sabe por ahi en esas remotas epocas en que la gente mandaba cartas escritas en papel, había quienes embocaban en los buzones otras cosas, o los carteros preferían trepar el techo y lanzar la carta al patio,

Patricia dijo...

Qué poética, Ana! Me encantó este texto y los rincones que nos hacés conocer de la ciudad que no vemos.

Un beso grande!!

Eva dijo...

Yo a los buzones de las casas siempre les tuve confianza (sobre todo a los que del otro lado tienen la cajita del buzón y eso se ve) A lo que no le tenía confianza (cuando mandaba cartas) era al buzón del correo, me parecía que entre tantas mi carta se podía perder. ¡Pero era tan linda esa incertidumbre! Y cerrar y abrir cartas donde a veces también iban (y llegaban) casettes, dibujos, hojas del otoño... En los buzones de las casas he dejado a veces florcitas amarillas, sin nota, como un enigma y a veces también como un guiño.
¡Gracias Ana por recordarme esos lejanos tiempos de los mensajes en papel!