31 de diciembre de 2014

Fin de año

Fin de mi año melancolico. ¿por qué lo primero que me vino a la mente fue "mi año melancolico"? Tuve varios malestares físicos, un par de malestares externos objetivamente insignificantes pero que me generaron durante varios días (meses incluso) una enorme e injustificada perturbación.
El fin de mi paciencia o tolerancia para varias cosas (trasnoches, compañias indeseadas, por ejemplo). Una cada vez mas presente conciencia de la posibilidad de la muerte.

Y fue, sin embargo un año impresionante.

Estuve en Italia, en el Trentino, volví a la casa de mi familia (ahora que ya la familia es tan distinta, al no estar mi madre ni -con su conciencia- la tía Albina). Revisé archivos publicos y privados, observé con ojo atento y desencantado, conversé, percibí silencios, fracturas y vacíos que hasta ahora se me habían pasado o que surgieron nuevos en estos ultimos años.
Presenté mi libro Arte Cisoria, en una presentación que fue increible, realmente.
El libro de los Talleres Noroeste, los frescos del castillo del Buonconsiglio, el esguince de tobillo y la semana en cama que trajo consigo varios importantes hallazgos; la conferencia Heridos de Guerra; el cambio de categoría en el museo. Leí dos libros esenciales, el de Quinto Antonelli I dimenticati della grande guerra y el de Martin Kohan, El país de la guerra. Conocí a varias personas, me reencontré con otras. Volví a escribir con regularidad en este blog, no importa qué. (No tengo ningun prestigio ni compromiso ni "figura" de poeta ni de escritora que preservar).
Me saturó definitivamente la soberbia, y la adulación que varios soberbios han generado y cultivado cuidadosamente a su alrededor. Un cierto asco, incluso.
Un año de grandes revelaciones, liberadoras, respecto  de mi familia, de mí misma, de muchos mecanismos de autodefensa, o por el contrario  de autovictimización, y tambien de las inmensas posibilidades para estar bien y lograr que lo esten también los demás que estan en torno de uno.
Bien, bien.
Buen año pasado.
Buen año el que venga.



30 de diciembre de 2014

Una caja llena de maní con chocolate y champagne marca "Tocornal".
Una visita al cementerio: huele, a humo, a viento y tierra, la hierba crece entre las baldosas.
Una conversación sobre bromas entre ferroviarios: "cunto mas pesado era el trabajo más pesada la broma". Y había uno que dicen que habia estado con odronof, y que hacia bailar a los gallos. Claro que, como toda magia tiene su trampa finalmente se supo que la "danza" se lograba parando a los susodichos gallos sobre una plancha de metal caliente.

29 de diciembre de 2014

Hoy me encontre con Nelly Luz.
"Para no sufrir tanto el desarraigo, me construyo un pequeño mundo con personas, con personas especiales, sencillas, que son mi tierra ahora.
Mi padre cultivaba cafe y tabaco en honduras pero perdió todo, hace veintidos años que no vuelvo a mi tierra.
Ayer con el viento que habia pensaba: alla en mi pueblo, qué distinto.
Siempre estoy ahi, como el sol."
Haces honor a tu nombre, le dije. Sos una mujer hermosa.

Recien vengo del museo, estuve charlando un rato con sarita capelletti sobre sótanos e historias de familia. "Me gusta charlar con vos porque sabés escuchar", me dice.

28 de diciembre de 2014

la noche de verano
la cabeza mía
la taza de té
la piel humedecida
la cama que rehuyo
por la cabeza mia
que no me va a dejar dormir.

De pronto un aire dulce en la penumbra de la vieja casa cerrada.

El eco de las navidades felices del otro día.

27 de diciembre de 2014

90 años de juventud acumulada

Contraria contrariis curantur

26 de diciembre de 2014

Insisten en construir edificios con niveles subterraneos, en un lugar donde las napas de agua están ahi, no más, aflorando, utilizando técnicas que tal vez daban resultados en terrenos rocosos, en los cuales el agua venía en torrentes desde las montañas pero que no impregnaba completamente las napas subterraneas.
Todas las casas "antiguas" de bahia tienen humedad, irreductible, imposible de erradicar. La única solucion es demoler la casa y construir una nueva. Evidentemente hay algo en la tecnica con la que se asientan lo fundamentos de esa casa en el terreno que no se adapta a las caracteristicas del terreno.

Un regalo hecho todo de bombones de chocolate.
Un libro secreto: al prestármelo me aconsejan llevarlo discretamente oculto y desde ya, no hablar de él con nadie. En algun momento se haran evidentes, de todos modos, los efectos de la lectura.
Una serie de fotografias de documetos de familia.
Una serie de coincidencias en las fechas de nacimiento.
Una programada visita en conjunto al cementerio (aunque la persona que por fuerza debe acompañarnos no logre comprender el por qué de nuestro interés turístico -en sentido etimologico de la palabra.
Un inmenso afecto que voy a tratar de disfrutar lo mas que pueda mientras pueda.

25 de diciembre de 2014

Una entrada en el blog de los trentinos sobre el bro' brusa'.

Hoy hablé con Angela y salude a mis parientes trentinos un minuto por la pantallita esta y me hizo bien.

Fue la navidad mas calma que haya pasado en muchos años, sin sentimentalismos.  Fue parte importante de la fiesta ir a la misa a la tarde, a las siete. Hay cosas que se van recomponiendo.

Este fue un año melancolico, pero muy bueno. Conoci y estuve en contacto con varias personas increibles. Ahora parece estar de moda decir "no hago balances" pero a mí me hace bien repasar todo lo que hice, todas las personas con las que estuve, -este año puedo agregar tambien- los lugares en los que estuve. Rcien hace unos pocos dias -y con ayuda profesional- pude entrever la causa de esa sorda melancolía. Tal vez por eso también es que esta fiesta fue tan tan serena. 

Mañana si es que puedo me voy a dedicar a los balances. Me reconfortan. Me reconforta pensar en todo aquello de lo que me he ido desprendiendo, en todo aquel terrible bullicio de voces -que me exigía, me seducia, me atormentaba- que ya se ha acallado. 

Mañana sigo.
No queda ninguna deuda que saldar.

Muchas, muchas cosas se han ido acallando. Y hace bien eso, aunque al principio desconcierte un poco ese silencio.


23 de diciembre de 2014

Navidades felices: en un atardecer caluroso con mi papá en la vereda esperando a los invitados que van a venir a pasar esa noche a casa; un disco en el combinado en nuestra pieza y nosotras bailando; un libro de Dickens y algun pasaje del evangelio (todo junto); sidra, turrones y pan dulce con fruta abrillantada.

Noches de verano felices: sentados en un banco de plaza, mirando las estrellas, regando las plantas, soñando. La idea de dormir ahi en el patio a la intemperie nos seducía pero en seguida pensabamos en gatos murciélagos y arañas. El perfume embriagante de las plantas recien regadas a la noche. Alguna botella de cerveza,de vez en cuando.



Nunca dejas de escribir. No importa que no se entienda nada, no importa que todo parezca fragmentario, no importa cómo suene. Vas releyendo, y tus palabras te devuelven una imagen y podés tomar distancia, y deshacerte de tantas tantas cosas.


22 de diciembre de 2014


Un sordo malestar físico cuyas causas espero mañana se develen.

Una sensación de sordera, de silencio seco.

Igual hoy publique un video relindo. Y mañana o pasado subo el del bro' brusa'.






Lo spirito è pronto ma la carne è stanca.

19 de diciembre de 2014

De un viudo codiciado, me hablaba ayer Marcelo. Es demasiado mayor para mí, le digo y ademas estoy casada. Pero tiene mucha plata, me dice.

De los que hicieron el altar de la iglesia del corazón de Maria, y el reloj de la catedral que eran trentinos, según parece.

De la señora esa cuyo marido no quiso que la entreviste, hablaba yo y pedía noticias. Yo solamente podría darte alguna noticia de ella si se muere, me dice Graciela.  Convendría encontrarla antes, le digo.

De lo que en algun remoto rincon intuyo que empieza a encaminarse.

Los que coincidimos en que, cuando nos apasionamos por algo, nos metemos de cabeza con todo, y hasta el final y del mejor modo, no paramos. Por eso somos amigos.

16 de diciembre de 2014


La cerveza es la mejor bebida del mundo, y parte fundamental de nuestra dieta. Dieta que recomiendo, vistos los resultados este año: ninguno de nosotros cuatro en casa estuvo enfermo en todo el invierno (nina tuvo fiebre un par de días, solamente). De todo, de todo: pescado, carne roja (a la que le quitamos la mayor parte de la grasa), pollo (sin piel), carne de cerdo, verduras de todo tipo (acelga, espinaca, rúcula, apio, hinojo, zanahorias, batatas, papas, zapallo, brócolis, repollo, berenjenas, zapallitos, tomates, morrones, cebolla, ajo, puerro), leche, queso, yogurt, crema de leche, ricota de vez en cuando, huevos, pasta de todo tipo (especialmente spaghetti, o ravioles), polenta, lentejas, garbanzos y arroz. Fruta de estación, siempre: ahora por ejemplo, es un placer: cerezas, duraznos, bananas, depende qué haya de oferta en la verdulería. Frutillas hasta el mes pasado, naranjas, mandarinas, peras de invierno, pomelos, a veces. Pan, para acompañar, poco, pero sí, pan, pan que a veces a la tarde tostamos y comemos con miel o dulce casero, o convertimos en budín cuando ya viene sobrando con unos huevos, leche y fruta trozada, o torta, de vez en cuando. Té, mate o café. Cerveza como decía, o vino tinto. Poco o nada de fiambre, ni productos congelados, ni precocidos, ni golosinas, ni helados ni postres de confiteria. (pero ojo: no somos fundamentalistas, y no rechazariamos nada de esto si nos lo ofrecieran).

Sí, como una vieja, en estos últimos días me he encontrado sintiendo una profunda pena al ver a algunos de mis amigos extremadamente delgados, sus cabezas desproporcionadas sobre unos cuerpos que se han ido volviendo cada vez mas exiguos, han perdido sus formas y en algún caso, en estos últimos días, también la salud.

Hoy leí unn post que me encantó, paperpools:

rereading Scribes and Scholars

Have been rereading Scribes & Scholars, by L.D. Reynolds and N.R. Wilson, largely for the civilised tone and dry wit of Leighton Reynolds.

S&S says of Politian that he had the following response to those who criticised him for being insufficiently Ciceronian:

'Non exprimis,' inquit aliquis, 'Ciceronem.' Quid tum? Non enim sum Cicero, me tamen (ut opinor) exprimo. (Epistle 8.16)

It's the 'ut opinor' that's so lovely.


Tal vez yo también vuelva a agarrar a Reynolds. Me hizo bien volver a pensar en aquel lejano mundo, tan amado.





14 de diciembre de 2014

Perfecto. Hace un año bajé cuidadosamente en un archivo todo el contenido de este blog. Algun dia la "nube" va a desaparecer y no quiero que -al menos mientras yo misma pueda volver a releerlo- todo esto se desvanezca. Cualquier tarde de estas bajo (y releo) todo lo de este año, que ha sido mucho, mucho, mucho.

Hoy, después de cuatro año, hicimos andar de nuevo, con mi hermana, la maquina de coser Singer que usó desde 1929 nuestra abuela y desde 1965, nuestra madre. Al principio se resistió: la correa se descalzaba de la rueda, el pedal no lograba agarrar ritmo, y cuando logramos que eso funcione, la aguja se desenhebraba, el hilo de abajo no terminaba de armar puntada con el de arriba, la costura  no arrancaba. Pero después de un rato dimos vuelta la aguja y pasamos el hilo en sentido opuesto, me cambie los zapatos para poder pedalear bien, y entonces empezó a andar y cosí y cosí, a toda velocidad, enloquecida, sobre una sabana vieja con hijo blanco arriba y rojo bermellon abajo y no podía y no quería dejar de pedalear y la rueda giraba ritmica y velozmente. Volví a hacerla funcionar con la fruicion de aquellos lejanos mediodías de verano que pasabamos juntas cosiendo durante largas horas, haciendo tal vez en una tarde un par de pantalones, una pollera, ya ni me acuerdo tantas cosas, si hasta solapas y cuellos de blusas hacía, con ella detrás, o a la par, indicandome o haciendo las partes mas dificiles y reconviniendome cuando cosía sin planchar, cuando terminaba de hilvanar y nosacaba el punto flojo. Las prendas en general terminaban quedando casi perfectas.

Antes de ir a la casa de mi hermana había estado cosiendo -justamente- el disfraz de hada Zarina para el acto de fin de año de la escuela para Nina. Mi máquina tambien tiene sus mañas, las telas no se dejan coser todas del mismo modo, así que estuve protestando un largo rato porque no lograba que la costura en la tafeta me quedara lisa, ni los empalmes sin bigotes y las hebras sueltas del punto flojo se me enredaban con el hilo de la costura, y la tela se me deshilachaba y empecé a putear porque no lograba vencer aquella desprolijidad que me reprochaban ya hace como treinta años. Y entonces de repente me pregunté, ¿por qué? ¿por qué tengo que ser prolija tambien en esto? ¿por qué tengo que saber coser tan bien como una modista? ¿por qué tengo que hacer todo tan bien que si no me sale me agarra semejante desperación? Por qué en ese momento había empezado a padecer mi "desprolijidad" como una debilidad, como una falla, como una cuestión moral? Me puse a llorar entonces, y lloraba y lloraba y no podía parar de llorar, no soy la mujer maravilla, ni lo quiero ser, y nico trataba de entender qué me pasaba y yo no podía ni explicárselo.

Haberme puesto coser medio a lo loco con aquella vieja máquina tuvo algo de revancha, de triunfo (no de liberación, es cierto).

Un año melancólico. Un cierto e indefinido malestar físico, y anímico.
Caminata al sol. El viento sur me reconforta.

Todavia sigo sin poder resignarme a no volver a llamar a la señora cuyo marido el otro dia me dijo que el decidia que no, que no la entreviste porque ella se iba a poner muy triste.

Hay gente que, me parece, se aburre mucho.




10 de diciembre de 2014

Padres que empiezan a apagarse, muchos años antes.
Madres que se abocan a cuidarlos.
"Era para que ustedes no tengan que soportar la carga de cuidarlo", me dice.
El talonario de facturas, cada vez que ibamos, cada uno de nosotros, a visitarlos.
Ellas se fueron primero, las dos, carcomidas en sus cuerpos y en sus esperanzas.
Ellos, al poco tiempo.

¿Qué hemos buscado todo este tiempo? ¿qué buscamos al hacer así, imposibles de frenar, tantas entrevistas?


9 de diciembre de 2014

Una reflexion sobre la hybris (la desmesura, el desborde): ¿Cuánto hay de escena en esa proliferación de emoción? Las lágrimas de las mujeres en el funeral de Patrocolo.

La sensación de familiaridad que no se pasa.

8 de diciembre de 2014


Mientras recorría uno de los lugares más increíbles de la ciudad, El Viejo Garage, en compañía de tres personas fascinantes que tuve el placer de conocer personalmente recién ayer -Tverca, Alberto y Alan-, vi, entre los cientos de maravillas que nos ocuparon ahí durante casi tres horas, sobre el corcho de una botella de vidrio, una diminuta figura metálica con forma de niño tocando el violín. Fue el "punctum" de la visita, y el de esta foto de Alan Parker.



 Una botella tapada con un corcho sobre el cual hay una diminuta figura metálica de niño desnudo tocando el violín
Algunas estatuillas de bronce, -petit bronces, las llama Tverca-, mi padre tenía un montón de estas, e insignias de autos. No sé donde fueron a parar, creo que mi madre las vendio o las regaló. Y él se agarraba la cabeza.
Variantes del galpón.
Un inexplicable aire de familiaridad en una persona a la que veo por primera vez (creo).
No, no, no es casualidad dice Tverca cuando le cuento que un rato antes de saber que nos íbamos a reunir ahi me pasan la dirección de una persona a la que deseo intensamente visitar cuya casa está a cien metros: de la misma calle, la misma tarde voy al 564 y al 636.
Los afganos (todavía deben estar riéndose de mi tontería).
El poster con el famoso rubio de camel (salvo de esto, no saque fotos por respeto a los fotografos):



4 de diciembre de 2014

Me compré un par de zapatillas, hoy. (las ultimas que tuve eran de 2008).

28 de noviembre de 2014

«Si tibi deficiant medici,
medici tibi fiant haec tria:
mens laeta, requies, moderata diaeta.»


«Se ti mancano i medici,
siano per te medici queste tre cose:
l'animo lieto, la quiete e la moderata dieta.»

Scuola Medica Salernitana, Regimen Sanitatis Salernitanum

26 de noviembre de 2014

《"Adda tene' pacienza pure int'a casa soia", doveva avere pazienza pure a casa sua. È bella la pacienza in napoletano perché mette un po' della parola pace dentro la pazienza.》
Erri De Luca

22 de noviembre de 2014

Omnia mea mecum sunt

21 de noviembre de 2014

Cuando empieza, tiendo a pensar que viene porque estoy haciendo algo mal (sentada en una mala posición, una comida pesada, la música a todo volumen de un auto estacionado en la vereda, o los golpes de martillo en los encofrados del edificio que estan construyendo al lado). Recién después de un rato me doy que es exactamente al reves, que todas esas pequeñas incomodidades no son la causa si no la consecuencia. Durante dos días puedo recorrer siguiendo el itinerario de las puntadas cada rincón dentro de mi cráneo. Me pesa, la cabeza, como al minotauro. Si me acuesto, no dejo de dar una y mil vueltas sobre la almohada, y si llego a dormir un poco, indefectiblemente mis sueños -incluso los mas ñoños- terminan convirtiéndose en espantosas pesadillas. Pócimas, pastillas y masajes van generando ka ilusión de ya ya empieza a remitir... Pero mientras tanto, un pensamiento terrible me asalta: que ya nunca nunca se me va a pasar y que voy a tener que llevarlo conmigo a lo largo de toda mi existencia, que al final ya va parecer una frase vacía "otra vez, me duele la cabeza".

A nietszche tambien le dolia la cabeza.

18 de noviembre de 2014


Es mentira: el tiempo no alivia el dolor que produce la muerte de alguien a quien uno ha querido mucho. Está siempre ahí. Uno se acostumbra a controlarlo, casi siempre.
A veces, sin embargo, no es posible.
Gracias por tenerme en cuenta, me dice G. cuando lo saludo.
La voz de una persona pareciera ser algo inaprehensible, no sé.

(me acordé de unos versos de Borges de 1923).

15 de noviembre de 2014

El conservador que daba el curso el otro día decía: esta bueno tener tecnología, pero en definitiva, con papel y lapiz también podemos hacerlo todo.
Un señor septuagenario dice: voy a confesar algo, me siento mejor que nunca.
Soy cristiana y perdono y no guardo rencor, pero no me olvido.
Tengo que cuidarme, preservarme de la locura.
Me duele de nuevo la cabeza, por qué siento que eso ocurre por algo que estoy haciendo mal?
Muchas cosas, la mayor parte, parecieran suceder como a una cierta distancia, casi sin tocarme.
No me olvido, aunque querría.




11 de noviembre de 2014

ana, usted y sus deseos... me dice marta. ¿moderar?

Lo freak como mascara. Ella igual reconoce inmediatamente el artilugio. Yo la miraba y  me dice: usted tiene ganas de llorar.

horror a la repeticion, tal cual.

Y el miedo, miedo a qué, un miedo antiguo, eso dijo.

a dormir.

9 de noviembre de 2014

Kottabos

Cottabo, Anatolio Scifone (Firenze, 1841-Roma 1884)


Cottabo - Kottabos -
Parece que fue un juego muy difundido entre los griegos del sur de Italia (dos o tres siglos antes de Cristo hasta uno o dos de ntra era?). Cuando ya la fiesta se iba terminando, dicen, jugaban a lanzar los restos de vino que habían quedado en el fondo de las copas, en un recipiente  metálico pronunciado el nombre de la persona amada: si se producia un sonido vribrante (o si las gotas caían efectivamente dentro del recipiente), era signo de amor correspondido.

No sé por qué, pero cuando leí por primera vez sobre este juego me imaginaba a los participantes un poco más descontracturados, el vino chorreando por todos lados (suponía que por cada gota que habría quedado en el vaso, varios tragos habría sido tomados), la fiesta ya en su final...

Pero bueno, esta pintura es lo que tenemos: la antiguedad clásica colada a traves de los ojos del imaginario del siglo XIX, y colada y prensada por cada uno de quienes nos la han contado.

Y después me preguntan si me aburría con historiografía clásica...

31 de octubre de 2014

Me gusta la historia, no el pasado en loop.
(por eso no puedo mirar esas novelas llenas de musica de fines de los 80)

La linealidad (ya sé que es una construccion de mi mente, pero es) nos rescata, como lo salvó a Pedro Caballero.

También Nicola Spagnoli escribe, al invitarme a su página: la sana passione per lo studio della storia e non della passione per il passato. 

23 de octubre de 2014

Adolescentes “adultizados”
[HTMLEn la sociedad actual –sostiene el autor–, el individualismo prevalente, la precarización de la familia y la “abdicación” de los padres llevan a que el niño y el adolescente, “adultizados”, pasen a ser “interlocutores en una vida compartida y no ya aquellos ante quienes se ejerce función de autoridad y de guía”.


 Por David Le Breton *
La individualización del lazo social contribuyó a desinstitucionar la familia, que dejó de ser la célula elemental de la sociedad para convertirse más bien en un refugio sentimental, un lugar provisorio, un círculo cerrado consensual. En el plano social, el hombre y la mujer, en la mayoría de las familias, viven en adelante una relación de igualdad (aunque, para muchas familias surgidas de la migración, la figura del padre o del marido sigue siendo fundadora, alimentando un desajuste radical entre el universo cultural privado y el que comienza para el joven una vez franqueada la puerta del apartamento). La familia se articula más en una relación de proximidad de sus miembros que en un simbolismo que distinga las posiciones de padres e hijos. Se ha convertido para la pareja en un asunto privado, fundado en una afectividad compartida, un pacto de comodidad siempre revocable. Se esfuerza por conciliar los empleos del tiempo, las necesidades profesionales, de formación o de esparcimiento de unos y otros. Es un lugar donde ser uno con los otros, los más allegados, pero con el mínimo de trabas y en una negociación permanente.
La familia se inscribía en principio en la larga duración: hoy es precaria, marcada por el retroceso del casamiento, el aumento de los divorcios o las separaciones, las recomposiciones y, por lo tanto, para el niño, la fragmentación del parentesco. Hay muchos niños únicos o de fratrias reducidas, sometidas a los avatares relacionales de la familia nuclear. Cuando la pareja se separa, queda el niño. “Cotidianamente se comprueba que hoy muchos niños deben sufrir más por los atolladeros narcisistas en los cuales se encuentran encerrados sus padres que por las rigideces educativas de antaño, es una comprobación clínica cotidiana en paidopsiquiatría” (Matot, J.C., L’enjeu adolescent. Déconstruction, enchantement et appropriation d’un monde à soi, París, PUF, 2012).
El niño no está ya inscripto en la larga duración de un linaje, de una familia ampliada, y no toma ya el nombre de sus padres o de sus abuelos. La condición del niño separado de las antiguas relaciones de parentesco se traduce en las maneras de llamarlo, con nombres surgidos de los de televisión exitosos, en particular de las series estadounidenses. Ese entusiasmo provisional suscita un efecto de moda en los nombres a los niños que nacen en la misma época. Sin embargo, todo nombre lleva una carga de significación a través de la cual el niño deberá construirse en el correr de su existencia, así no fuera más que a través de la mirada de los otros.
La posición contemporánea del niño y del adolescente en la familia y el lazo social no facilitan la transmisión y el espíritu crítico. El niño se convierte en un interlocutor en una vida compartida y no ya es aquél ante quien ejercer una función de autoridad y de guía. Es percibido de entrada como un individuo, y no en su altura de niño o de adolescente; es “adultizado” sin más preámbulos. La noción misma de responsabilidad a su respecto se debilita. “El no quiere” es una fórmula moderna de la fatalidad, justifica de antemano que los padres no insistan en materia de prohibición y ratifica el poder del niño sobre ellos. Pero un niño convertido en hijo de sí mismo no tiene la misma relación con el mundo que otro que se reconoce y es reconocido en una filiación y una pertenencia familiar, en un contexto social proveedor de civilidades y de leyes.
Para el adolescente, este período rima a menudo con turbulencia y búsqueda de la distancia adecuada con el otro. La dificultad de encontrar desde el inicio una versión feliz de uno mismo suscita gran cantidad de tensiones con sus allegados, a quienes les cuesta reconocerlo y a menudo se sienten desarmados por sus actitudes. De pronto la complicidad desaparece. El adolescente redefine sus límites con padres que a sus ojos dejan de ser protectores para convertirse en obstáculos para su despliegue; entra en una larga fase de oposición en la que busca diferenciarse, arrancar su cuerpo de la tutela parental, encarnarse en su existencia. Se abre más a sus pares y anuda amistades fuertes, fundadas en compartir experiencias. La progresión hacia la edad de hombre es un proceso de separación-individuación, un alejamiento de la infancia y un volver a ubicarse en el mundo en cuanto sujeto. El adolescente escapa de las comparaciones, antaño ávidamente solicitadas. De pronto, la promiscuidad reemplaza a la familiaridad. Los padres dejan de ser admirados o de gozar de una posición de autoridad y se convierten en personas ordinarias y un poco molestas. Su rechazo traduce una voluntad de romper con la infancia y sus viejas dependencias.
Ese retiro de las investiduras sobre los padres a menudo alimenta un sentimiento grandioso de sí pero marcado de ambivalencia, pues con frecuencia está expuesto a la denigración de sí al menor revés. La afirmación de una singularidad, la inscripción en un cuerpo propio, no se hacen sin vivas tensiones con los padres, que se sienten apartados o provocados. Acceder a sí implica separarse simbólicamente de ellos. Sus ropas, su look, sus tatuajes o sus piercings, son en este sentido los elementos de una fábrica de sí. A esa edad, las marcas corporales son un lugar privilegiado de lo que se podría llamar la desmaternización del cuerpo.
El proceso conoce una sucesión de fases y requiere paciencia de los padres, sacudidos e inquietos por esos virajes siempre inesperados. Al mismo tiempo, el amor siempre está presente, y el joven necesita que sus padres lo tranquilicen en esa toma de autonomía. En su exploración del mundo circundante, busca su margen de maniobra de manera a veces torpe, reivindica simultáneamente su autonomía y la atención a su persona. El inicio de la edad de hombre o de mujer se conjuga de manera ambivalente con la voluntad de mantener los privilegios de la infancia. Estas solicitaciones son una demanda de reconocimiento, una manera de testear el interés de sus padres por él, aunque no tenga en cuenta la respuesta obtenida. La búsqueda de autonomía no se hace sin tanteos ni torpeza, porque de ningún modo pretende perder la protección de sus padres.
En ese momento, las relaciones afectivas y significantes en el interior de la familia son radicalmente perturbadas. El trabajo psíquico de los padres para la aceptación de la autonomía creciente de su hijo no es menor que el que atraviesa al adolescente en sus esfuerzos para separarse de ellos. La capacidad de los padres para contener esa turbulencia está ligada a su capacidad para renovarse en cuanto pareja e individuos. La cualidad de padres de adolescentes es totalmente específica, exige un profundo reacondicionamiento de la relación con un niño que, por los cambios radicales de su relación con el mundo y su apertura creciente hacia los pares, se les escapa. La tonalidad del pasaje adolescente está indisolublemente ligada a la capacidad de los padres para acoger a ese joven que les plantea tantos problemas. La pareja, desquiciada, se encuentra en la necesidad de redefinirse.
A menudo los padres atraviesan en el mismo período un cuestionamiento en el que crece un deseo de renovación, la “crisis de la mitad de la vida”. Expectativa de un cambio profesional, afectivo, la voluntad de vivir por fin un sueño largamente diferido. Los dos miembros de la pareja están en una encrucijada del camino, aún disponen de tiempo para cambiar de orientación. Si el joven se siente encerrado en un arnés familiar y trata de liberarse de él, a veces sus padres están en una voluntad cercana de cambiar las cosas. En el plano psíquico, se ven enfrentados con una reviviscencia de su propia adolescencia. La muchacha se convierte en una mujer joven, el varón en un hombre joven, ambos plantean sus propias exigencias. El padre y la madre pueden verse tentados de plantearse como seductores de su hijo, así no fuera sino para ocultar su edad, y reviven su posición edípica frente a sus propios padres. La relación con el niño convertido en grande se ajusta según otras modalidades afectivas.

“Padres dimitentes”

Así, las fronteras de las generaciones se borran o se derriban. El modelo ofrecido por los padres parece superado. Ellos mismos se sienten desguarnecidos frente a niños a quienes les cuesta comprender, aunque la mayoría de las veces respondan a su demanda. Las innumerables innovaciones tecnológicas de estos últimos años en materia de comunicación amplían la brecha. Por añadidura, la edad se ha vuelto intolerable, la adolescencia es en verdad ostentada por los mayores obsesionados por la voluntad de “permanecer jóvenes”, poco interesados en asumir una postura generacional que los envejece. Pero al no marcar las diferencias de edad y al no asumir su responsabilidad, privan al adolescente de los puntos de referencia necesarios para crecer y adquirir su autonomía. Los jóvenes se construyen apoyándose en sus mayores, así no fuera más que para superarlos u oponerse a ellos, pero si estos últimos se sustraen a su tarea, la apertura a la alteridad carece de consistencia. Afiches o avisos publicitarios suscitan la cuestión temible de saber quién es la hija y quién la madre. Ambas se parecen y están peinadas y vestidas de la misma manera, en una dilución de las diferencias que disimula mal la devoración de la hija. Las relaciones padre-hijo son tratadas con valores de acción, más masculinos, más en la vertiente de la complicidad viril, pero con la misma borradura de las diferencias generacionales. El hecho de volver juvenil el lazo social y la depreciación de la edad llegan aquí a su punto máximo.
Gran cantidad de adolescentes son librados a ellos mismos por falta de intervención y de consistencia de la autoridad familiar. Padres amigos que dejan hacer y abdican de su responsabilidad de mayores y de educadores. Es que la relación de seducción es contraria a una relación de educación, invierte los roles. Los padres encuentran un beneficio narcisista en detrimento del niño, que, allí donde debería encontrar unos padres, encuentra un espejo. La aprobación a toda demanda es a menudo vivida como un signo de indiferencia. Un padre amigo deja de ser un padre, sin ser un amigo. Y para los padres dimitentes, el niño rey a menudo se convierte en el adolescente tirano y con problemas. Educado en la omnipotencia de sus deseos y la manipulación interminable de su entorno, la confrontación con los otros fuera de la esfera familiar es un escollo. Para que el niño o el adolescente se afirme debe confrontarse, en el reconocimiento de su persona, con una ley, con prohibiciones, con una oposición; en suma, con lo acostumbrado de una transmisión encarnada por la presencia sólida de padres o de mayores que le indican el camino, explicándole los usos y dejando que se ubique como uno entre los otros.
La adolescencia es un período de construcción de sí en un debate interminable con los otros, sobre todo con los otros en uno, en la medida en que la búsqueda es la de saber lo que los otros pueden esperar de él y lo que él puede esperar de los otros. Al no haber conocido ninguna prohibición en su familia, al niño le cuesta trabajo inscribirse en la sociabilidad escolar. Nunca se enfrentó con las frustraciones que alimentan una vida cotidiana inmersa en el lazo recíproco con el otro. Entonces, multiplica los conflictos con los docentes o con los otros escolares. La ausencia de límites dinámicos y bien elaborados entre uno y el otro, entre uno y el mundo, induce una confusión entre el afuera y el adentro. Son jóvenes indiferenciados, que sufren, que están en busca de límites, en busca de lo que son. Su sentimiento de identidad es frágil, incierto; toda frustración, toda espera les es insostenible. Se vuelven agresivos cuando encuentran resistencia porque les cuesta trabajo comprender el punto de vista del otro. Al no haber conocido nunca un “no” educativo con el objeto de situarlos en un conjunto, jamás entran en la interdicción. Permanecen en su fortaleza omnipotente, sintiéndose permanentemente asediados, pues nunca conocieron otras maneras de conducirse. Siempre inseguros en su interior, sólo tropezándose con el mundo o los otros, poco a poco encuentran los límites que sus prójimos nunca les dieron.
En el contexto individualista de nuestras sociedades, los adolescentes se hallan en la necesidad, para lo mejor o para lo peor, de inventar sus creencias, sus líneas de orientación. Los mayores ya no tienen autoridad en la materia. Para esta clase etaria, la libertad está limitada por la mirada de los otros, por el poder del grupo para inducir normas flexibles pero pregnantes. La cultura de los pares suplanta a la de los padres, la transmisión se borra ante la imitación y procura un sentimiento de seguridad y de certidumbre frente a la obsolescencia circundante. El foco de la estima de sí se desplaza hacia la mirada de los otros más cercanos: no ya los padres, cuyo amor es seguro, sino aquel, despiadado y siempre cuestionado, de los pares, cuyo juicio se enuncia según el grado de coincidencia o no con modelos circundantes y provisionales. En la adolescencia, la ropa, el peinado, las actitudes –en suma: el aspecto– son elaborados como un lenguaje, una chapa de reconocimiento. La estilización de sí es una consigna. El look se convierte en una forma primera de socialización.
Existir es ser observado, es decir, marcado y distinguido. La tentación de existir en cuanto imagen, portador de signos valorizados, es difícil de rechazar porque está en juego la posición en el seno del grupo. “Para un joven, enarbolar un logo no es tanto querer alzarse por encima de los otros como no parecer menos que ellos. Incluso entre los jóvenes, el imaginario de la igualdad democrática hizo su obra, conduciendo a negarse a presentar una imagen de sí manchada de inferioridad desvalorizadora. Por eso, sin duda, la sensibilidad a las marcas se exhibe de manera tan ostensible en los medios desfavorecidos. Mediante una marca apreciada el joven sale de la impersonalidad, quiere mostrar no una superioridad moral, sino su participación entera e igual a los juegos de la moda, de la juventud y el consumo”, escribió Gilles Lipovetsky.
El trabajo sobre el cuerpo es percibido como individualizador, es una vía para escapar al sentimiento de la impersonalidad. La apariencia es el lugar privilegiado de la estima de sí y del sentimiento de identidad. El hipermercado del consumo provee a los jóvenes de signos necesarios para una diferenciación de sí regida por el universo de la publicidad y del marketing. Al abastecerse en los mismos estantes y al ser sensibles a los mismos medios de comunicación, terminan por asemejarse como clones, al tiempo que cada uno está convencido de tener un estilo propio y decididamente original. Nada se parece más a un adolescente de Buenos Aires que otro de Estrasburgo o de Coimbra: poseen las mismas ropas, los mismos cortes de pelo, utilizan los mismos geles, los mismos portátiles, escuchan las mismas músicas, frecuentan las mismas redes sociales en Internet. Aunque no hay que desconocer las diferencias de condiciones sociales, una cultura adolescente atraviesa las clases y las culturas.
* Texto extractado de Una breve historia de la adolescencia, de reciente aparición (ed. Nueva Visión).

el articulo, aca

17 de octubre de 2014

Mi cabeza.
Me la sacaría un rato, no más, para poder disfrutar esta tarde serena, tibia.


16 de octubre de 2014

"Es frecuente que lo que el analista identifica como disfraz de una pasión inconciente se exprese más bien como una nostalgia sin causa determinable, en la que un sentimiento constante de soledad solo de manera fugaz deja que se abran paso fantasías amorosas casi siempre detenidas en su desarrollo cuando confiesan demasiado su naturaleza. La pasión no se adivina aquí sino por la huella de la decepción, la espera vana de un milagro que, por la propia índole del modo mágico de satisfacción esperada, dispensa al sujeto de formular un deseo cuyos orígenes históricos se afana en confundir, impidiéndose reconocer las inscripciones que dejaron en su mismo cuerpo. Y a menudo nos vemos llevados a forjar la hipótesis, mucho antes de que indicios o signos más o menos precisos vengan a corroborarla, de un estado de duelo interminable que encierra al sujeto, sin que este lo sepa, en la preservación de un sufrimiento narcisista." Green, André (1999), 21.

Que este texto merece ser profundamene pensado y meditado se hace evidente por el resquemor que me produce publicarlo (e imaginar quiénes pueden llegar a leerlo).
No da todo lo mismo. Me indigesta, me hace mal.


Si no me doliera tanto la cabeza...

Hoy fue un dia hermoso  hoy, las canciones para la charla suenan bien, y van a sonar mejor todavía, y la charla ya se va armando, y vienen personas al museo que se interesan por el trabajo y por el archivo, y no, no es todo lo mismo, aunque a veces el farrago de pelotudeces con las que uno se topa la lleva a una a tener esa sensación.

Pero hace dos horas que volvi y no puedo hacer nada mas que recostarme un rato en la cama, otro rato en el sillon, o en la reposera en el patio, tomo café, ahora me voy a hacer un caldo, me lavo la cara, me paso una pomada china por las sienes, me masajeo el cuello, trato de pensar en otra cosa...





15 de octubre de 2014


Inundación. La ciudad salvaje.



14 de octubre de 2014

"Quizas el mayor secreto ronde en torno de mantener silenciada la humillacion paterna", guitter y mayer cn respecto a algo que vine a saber en estos últimos días, que podría haberme sido contado hace muchos muchos años, por varios miembros de mi familia y que sin embargo, hasta hace poco permanecio en el más cerrado e increible de los silencios.

Algo paso con la lectura vespertina: con el mejor ánimo, me senté con el articulo que me dio marta, lo leí con gran interés, haciendo pausas para pensar y comer galleta con dulce de pera, pero cuando terminé y me disponía a revisar mis notas, me sobrevino un sueño profundo, la inmediata necesidad de apoyar la cabeza sobre mi antebrazo, así, en la mesa, y dormir.

Ya no pude hacer nada más.

13 de octubre de 2014

El perfume de esta primavera húmeda.
Un sueño en la madrugada, deseo y miedo,

9 de octubre de 2014

El flaco de la farmacia que salió apenas escucho el choque (y no le pregunté su nombre),Jorge el del restaurant de la esquina, Francisco el de la grúa, Andrés el del taller de tren delantero, Gonzalo el del seguro, Edgardo el profesor de canto, Mario hace un rato por skype me crucé con mucha gente bien entre ayer y hoy. Ya está todo bien, aunque ahora me duela me duela cruelmente todo el cuerpo.


8 de octubre de 2014

conversacion con david sobre un italiano amigo de gramsci que vivio en Ascasubi.

conversacion con edgardo faciolo instructor de conductores maquinistas sobre la situacion pasa y actual de los ferrocarriles.

una siesta en el sillon.

conversacion con sarita sobre items varios de la vida, su iriologo, terapia, el duelo, las amigas: cada vez mas clara y convencida de las opciones éticas sobre las que hemos estructurado nuestras vidas.

choque en el angulo anterior derecho, rotura del brazo que une la rueda con la direccion, intentos vanos de llamar al seguro, la grúa, el temblor que a uno le queda en el cuerpo, la sensacion de vulnerabilidad extrema, un minimo descuido te puede cosar mucho en tiempo y dinero.



7 de octubre de 2014

Meditación sobre los variados modos de comunicación entre las personas, cómo se interpelan unas a otras, en base a qué códigos se vuelven posibles las conversaciones.

Un flyer que llevó horas diseñar a mi artista contemporaneo favorito aparece compartido en el muro de una persona (es una persona poderosa) con el texto que la acompañaba, copiado y pegado encima, por sobre las figuras. Ninguna mala voluntad, al contrario: evidentemente la cosa habra parecido tan interesante como para merecer no solamente un mecánico "compartir" sino el minucioso trabajo de descargar la foto, abrir fotoshop, copiar el texto, pegarlo, generar una nueva imagen y finalmente publicarla como propia.

Salto, a los gritos (y todavía agradezco haber borrado a tiempo: "Fulanito: me hiciste mierda el flyer!!!"):
- Fulanito, qué le pasó al
flyer de la charla? cómo es que aparece en tu muro con el texto pegado así sobre la imagen?

(pasan algunos minutos y agrego):

- te pregunto porque los diseñadores suelen ser susceptibles.

- Ok.

- No pasa nada, no es nada grave, pero bueno, uno se esmera en que las cosas queden de una determinada manera...

(pasa otro rato, empiezo a pensar en todos los que adulan todo el tiempo a esta persona, y yo siempre dando la nota, y encima pasa el rato y no me contesta nada, y entonces yo -que era la que estaba enojada en un principio, la que esperaba que le pidan disculpas a ella- escribo:

- Disculpame que haya saltado así, tal vez le doy demasiada importancia a ciertos detalles que por ahi no vale la pena... Bueno, hasta cualquier momento, y gracias por estar siempre, presente en todo! Un beso, Ana

- Ok.

Fin de la conversación

(Conste que "fin de la conversacion" lo agrega facebook, por las suyas). Y conste también que el agradecimiento final mio es sincero. Por eso me proponía meditar sobre la incomunicación, porque no se trata aca de mala voluntad de ninguno de los dos interlocutores sino de la dificultad de establcer un código común (común, digo, es decir fruto de la negociacion que toda comunicación genera al momento de interrelacionarse dos personas, y no la pasiva aceptacion por parte de uno de los interlocutores de todos los malosentendidos que pueden surgir).

Justo hoy sostuve en dos momentos diferentes del día conversaciones con otros tantos amigos, provenientes cada uno de ellos de mundos y experiencias completamente diferentes. (aquí correspondería ponerse a pensar inmediatamente -a pesar de esa distancia inicial- qué tienen en común: en primer lugar, a mí como amiga, como interlocutora; la edad; una cierta sensibilidad a pesar de que los temas eran completamente diferentes (lo eran, realmente? no habrás estado -como el Kublai Kan de Calvino- hablando todo el tiempo de lo mismo, con ambos?); un cierto modo de apasionarse por lo que hacen, y tal vez encuentre más.)


Seguiré meditando...

Fue una hermosa tarde de calor, de biblioteca intensa (una hora y media en la hemeroteca, preciosas fotos), de paseo y bocaditos de chocolate.


5 de octubre de 2014

Mis parientes trentinos (salvo uno) son terriblemente fríos, pero bueno, son así, como los osos de verdad (no los de peluche).

Un par de amigos de otra época son terriblemente fríos, pero bueno, son así, como las lagartijas.

"Poemas o fragmentos novelescos". Me gustó la equivalencia.

"La vida es un verso interminable", otro.

Yo también soy terriblemente fría con algunas personas (pero pocas), como las palomas de la plaza.

Un título, necesito para mi charla: toda la tarde estuve dando vueltas y vueltas, volví a leer el texto de Agustin Ferrari, y entendi un montón de cosas (pero no encontré ninguna frase que me sirva).

Hoy tomé una pastilla para el dolor de cabeza, y no es muy bueno su efecto.

La poesia no tiene nada que ver con la farandulilla que la hace circular, que encumbra u oculta nombres, y ,casi me animaría a decir, con los textos críticos que la reescriben, la parafrasean, la glosan, la prosifican rodeándola (salvo naturalmente, cuando el texto crítico es, en si mismo, una obra poética que trata acerca de otros textos poéticos).





1 de octubre de 2014

Una chica muere suicida. Sus compañeras de trabajo van al velorio, y al día siguiente -por la mañana- al entierro. El negocio en el que trabajaba ni consideró la posibilidad de cerrar por duelo, así que llegan tarde. El dueño del negocio las despide. Ellas y sus representantes sindicales protestan, el hombre responde amenazándolos con unas tijeras.

29 de septiembre de 2014


Vi recién esta foto en facebook y deliré: a primer golpe de vista la puerta y el ventanal me parecieron de vidrio, como si alguien en algun decurso paralelo de la historia hubiera llevado a cabo una restauración de ese edificio, lo hubiera modernizado y reutilizado... ay ay ay...

28 de septiembre de 2014

Una casa en penumbras, puertas y ventanas parecen obstruidas por cortinados, paneles, papeles y varillas cruzadas, el encierro me agobia, intento abrirme paso, y todo eso se desarma, frágil, pero me  enriedo en hilos y telas de araña y me detengo. Hasta que veo a mi izquierda el picaporte de bronce de una puerta de madera desvencijada; lo abro y lo que hay es una galería como las de las casas de antes, sin techo, que me lleva directo a la salida.

Morte manu propia, suicidas de veintitres, veinticuatro años. Yo recuerdo una temporada de suicidios (o intentos de) hace, digamos, unos treinta, treinta y cinco años. pero eran personas de cuarentas. "Ahora más vale nos separamos, dice mi hermana". Pero yo no creo que hayan sido cuestiones de pareja, le digo, sino cuestiones entre padres e hijos.

Puertas de papel, ports de papier era el título de un libro que leímos hace mucho con Norma Azemar.

La lista descomunal sigue creciendo.

Otra casa, hoy, la casa de Artemisia, era. Una casa luminosa, en cada rincón un armario o estantería, era placentero recorrerla por la promesa de maravillosos hallazgos que presentía detrás de cada puerta. Llegué sin embargo hasta el patio, y volví a la sala, admiré los artefactos de iluminación y salí a la calle, como para continuar mi viaje.

23 de septiembre de 2014

Merini - Nací el veintiuno, en primavera

Alda Merini -Nací el veintiuno, en primavera

Nací el veintiuno, en primavera
pero no sabía que nacer demente,
abrir los terrones de tierra
podía desencadenar la tormenta.
Así Proserpina, ligera,
ve llover sobre la hierba,
sobre los dulces trigales crecidos
y llora siempre, a la noche.
Esa es, tal vez, su plegaria.


Sono nata il ventuno a primavera
ma non sapevo che nascere folle,
aprire le zolle
potesse scatenar tempesta.


Così Proserpina lieve
vede piovere sulle erbe,
sui grossi frumenti gentili
e piange sempre la sera.
Forse è la sua preghiera.

22 de septiembre de 2014

Despertarme, despavorida, gritando, dos veces, una imagen y luego otra que aparentemente no tiene nada que ver con la primera, el mismo nudo em el pecho. Una lista en una pared, que no se puede borrar; (ahora que pienso no fueron dos sino tres); un pullover que no logro probarme en un negocio, y en un vestibulo hexagonal, una persona que pasa de largo.

21 de septiembre de 2014

Miedo.
Un miedo antiguo, profundo, silencioso.
Rezo a la noche, cuando me agarra, aunque recien ahora me empiezo a dar cuenta que esa sensación es de miedo. Un miedo radical, que no es miedo a morirme, o miedo a los ladrones, o a la oscuridad.

 La fuerza de los estereotipos y su resistencia a contaminarse con datos de la realidad.


Escribe hoy Horacio Gonzalez en Página 12: "Toda sociedad, toda forma de vida, es políglota. No existe el monolingüismo, aunque es fácil pensar que somos presa de él. Lo cierto es que nunca terminamos de tomar conciencia de que espontáneamente siempre tenemos en uso diversos planos de la lengua. No en el sentido en que no sepamos que se hablan permanentemente diferentes idiomas, lo que ocurre siempre en cualquier lugar. Sino que persistentemente hacemos convivir diferentes estilos de locución. ... Cuando hablamos en nuestro nombre y creemos ser unívocos, son muchos otros invisibles o inaudibles los que filtran su voz en la nuestra. No obstante, creemos que nuestra identidad es continua y singular, cuando en verdad alberga todos los impulsos antagónicos que imaginamos ya cancelados en nosotros mismos".

20 de septiembre de 2014

Conversación sobre masones, hoy al mediodia con Mario. ya lo dijo gramsci, la massoneria ha rappresentato l'ideologia e l'organizzazione reale della classe borghese capitalistica, chi è contro la massoneria è contro il liberalismo, è contro la tradizione politica della borghesia italiana.

y acá antes de la revolucion del '30 era lo mas normal del mundo ir a una fiesta a bailar y tomar bebidas en algunas de las logias. 

Le nozze de Figaro, muy bueno.

La muestra en el Mac: prior me encantó; la otra muestra, la de la historia de los diez años del museo me llenó de tristeza, por la falta de cuidado, porque veo cmo piezas de museo "museificadas", momificadas, palabras, imagenes que todavia estan vivas, candentes.

16 de septiembre de 2014


Estuve de visita en la casa de Bruna Rossetti y me traje esto de regalo.

Maquillar un muerto, disfrazarlo, ponerle guirnaldas, llenarlo de "artistas" pagados por los mismos que no fueron capaces de hacer ni el mas mínimo gesto para salvarlo, o para decir que les importaba su historia, o para que la gente que ahora trabaja para recuperar ese espacio.

Abominio, no fueron capaces de salvarlo, de preservarlo, y ahora ponen plata, plata para los funerales, para funerales circenses, para los fantoches, para los maniquíes que van a desfilar la danza macabra de la muerte.  Eso no es arte, no puede ser arte, porque el arte es para la vida, no para la muerte.

15 de septiembre de 2014

El tsunami

Una conversación con un trentino nacido en Pola, llegado a la argentina a los 3 años en 1949 y radicado actualmente en Italia desde hace 25 años donde ejerce su profesión de siquiatra.

- La inmigración como trauma


- Se puede manifestar en muchos modos, en una depresión evidente, o se puede apreciar en una defensa contra esta cosa depresiva entrando en una hiperactividad, hacer lo más rápidamente una posición económica, conscientemente o inconscientemente hacer que los hijos no sepan nada del pasado, porque "yo me quiero integrar, porque nunca me voy a integrar del todo, el que va a ser argentino cien por cien es mi hijo,  entonces yo no tengo que estar llorándole los orígenes porque si no" … el nieto es distinto.

Aquello que no se habla, esa parte de la historia que no se cuenta en alguna forma o se niega o se reprime queda como un agujero dentro de la historia inconsciente que se va heredando de generación a generación. Hay traumas transgeneracionales que vienen, que se heredan, en una segunda y tercera generación y que  influyen, en la tercera generación, en las decisiones, en las elecciones de pareja, en la elecciones de carrera, en el destino de la persona, porque está condicionada por ese trauma transgeneracional que sigue actuando y que a nivel consiente queda como un agujero.   

Un secreto de familia, que nunca se habló, todo eso que no se habla, que se no se recupera, esa memoria que no se integra…. De ahí la necesidad que tenemos de reconstruir historias, porque tiene que ver con nuestra necesidad de integrarnos adentro nuestro, no sé si estas de acuerdo con esto…
 
La cosa traumática que no fue suficientemente elaborada, esa situación traumática especialmente una  situación traumática nociva, peligrosa o que hay que esconder, viene después actuada y heredada, por la segunda generación. 

El que no habla lo transmite de otra forma  a otra generación.

Yo - Esto se da a nivel personal y familiar, ¿puede darse también a nivel social?, esta ciudad se forma, se puebla entre comillas con un montón de tipos que llegan después del año 24 que estuvieron en la guerra, que vienen rajando de Italia, del miedo a que Mussolini los mande de vuelta a pelear a otro lado, algo tiene que tener que ver en la forma de esta ciudad, yo miro las calles, veo todos esos edificios contrahechos, lleno de parches, esta es una ciudad de locos,pienso, hay algo que está mal en esto que se ve, muestra algo, vienen, parchan, demuelen, la alisan, no sé, por ahí no tiene nada que ver…


- No, no, no, estoy totalmente de acuerdo con vos, tiene que ver con borrar lo antiguo, borrar la historia, toda esa parte de historia que no se habló que no se transmitió queda como un agujero, que no significa que no haya nada, queda como un agujero negro que va absorbiendo energía para que uno pueda tener un espacio mental suficientemente libre, porque es algo que quedo suspendido. De allí la necesidad de la tercera generación de recomponer, es eso, es un recomponerse a sí mismo.