13 de septiembre de 2010

Baudelaire - Los gatos



Los amantes apasionados y los sabios austeros
aman por igual, en su madurez,
a los gatos poderosos y dulces, orgullo de la casa,
que son friolentos como ellos, como ellos sedentarios.

Amigos del saber y del placer
buscan el silencio y el horror de las tinieblas;
el Erebo los habría tomado como corceles fúnebres
si pudieran inclinar, por un servicio, su arrogancia.

Al soñar adoptan ellos las nobles actitudes
de las grandes esfinges reclinadas en fondo del desierto
y que parecen dormir un sueño sin fin.

Sus fecundas ancas están llenas de chispas mágicas,
y partículas de oro, como una arena fina,
constelan vagamente, sus pupilas místicas.


"Les chats", Charles Baudelaire, Les fleurs du mal. Ed de Claude Pichois, Gallimard, 1996.
Empecé con ganas de postear esta foto que le saqué hace unos días al gato blanco del vecino, seguí con ganas de volver a leer y traducir a Baudelaire  y terminé leyéndome un magnífico análisis de este poema escrito por Levi Strauss y Jacobson, acá

6 comentarios:

Karen dijo...

Busqué y busqué este haiku de Kobayashi Issa hasta que lo encontré:

"Cuando florece el ciruelo
yo esparzo sardinas
en la tumba de mi gato"

Ana Miravalles dijo...

que belleza,
eso es lo que tiene el haiku, el poder en la reticencia, tanto en tan pocas palabras!
gracias Karen, esto es un hermoso regalo

Eva dijo...

Mientras leo tu bellísima traducción Lorenza, poderosa y dulce, sueña sobre la biblioteca.

Eva dijo...

Otro regalo, un poema de Borges
A un gato

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

Ana Miravalles dijo...

uauuuuu, que bueno, ni lo recordaba este de borges.
Me fascina pensar en lorenza soñando recostada sobre los libros...

Eva dijo...

El poema de Borges es muy bello y muy verdadero. Ante la dignidad de Lorenza recuerdo siempre: "has admitido el amor de la mano recelosa" Nunca sé si me admite o si va a responder con un zarpazo certero, aunque ya tengo menos marcas, antes parecía domadora de tigres...