Graciela, sicóloga, me cuenta su experiencia de trabajo durante dos años en Talleres Bahía Blanca, entusiasmada por volver a recordarla y contarla.
"Hoy sos la entrevistadora entrevistada" le dije.
Y me sigue hablando de los trabajos que tenía que hacer, y cómo era estar en ese lugar, terreno hasta ese momento exclusivamente masculino, y gente de qué oficios conoció, y quiénes fueron sus compañeras, y yo que la escucho totalmente concentrada, tratando de figurarme lo que me decía, y acordándome de algunas de esas personas que nombraba, y ella sigue y me habla de sus compañeras y me dice qué bueno sería conversar con ellas, juntas, sobre ese tema, y me dice:
"Cuando es así, el otro, tu interlocutor, te devuelve una parte de tu propia historia".
De pronto, no la escuché más.
Interlocutores:
los que ya no están,
los que (por ahora, al menos) no estoy tan segura de querer volver a encontrar,
los que me devuelven, con sus palabras, sueños, deseos, y gestos que tenía ya olvidados.
Ella calla, unos minutos.
Después, seguimos hablando de los Talleres.
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