29 de diciembre de 2010

Marco Polo [trata de explicarse] a sí mismo que aquello que buscaba era siempre algo que estaba delante de él, y aunque se tratasa del pasado era un pasado que cambiaba a medida que él avanzaba en su viaje, porque el pasado del viajero cambia según el itinerario cumplido, no digamos ya el pasado próximo al que cada día que pasa añade un día, sino el pasado más remoto. Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.

Italo Calvino, Las ciudades invisibles (cuando llegue a casa me fijo la página en la edicion de papel, ahora estoy leyendo online).

Italo Calvino, Las ciudades invisibles, Minotauro, Barcelona, 1998, pp. 57-58. En la edicion italiana de Mondadori, 2003, p 26.

2 comentarios:

Marina dijo...

Reclamamos la página!

Ana Miravalles dijo...

he ahí las páginas... gracias por la visita!