28 de junio de 2010

Día del padre

Nadie hablaba; el comedor estaba en calma y todo habría parecido absolutamente estático si no se hubiera visto en el pasillo la sombra de la silueta de Betty ir y venir por la cocina. Se oía solamente la respiración mortecina y lenta de Conce, los suspiros profundos de Anita y el ronroneo continuo y medido de Emilio que contaba del veinte al ochenta y cinco, se detenía de pronto en su cuenta, y volvía a empezar.
Llegué hasta donde él estaba, sentado sobre un almohadon de corderito, cruzado su cuerpo de lazos y cintas para que no se caiga, y me quedé mirando su pelo, sus ojos morenos como los míos y sus manos duras, ya, y entumecidas.Le empecé a decir que hace unos días una persona a quien yo no conocía, me había hablado de él, de cuando eran jóvenes e iban juntos a la misma escuela y de lo mucho que se apreciaban, y de lo que conversaban, ellos, cuando se encontraban en la puerta de casa. El siguió mirando hacia adelante, como si nada.


Sentada asi como estaba a su lado apoyé mi brazo sobre sus hombros, apoyé sobre su pecho mi frente, como para dormir, y ahi me quedé, acunándome, secretamente.

15 de junio de 2010

Tipografías 4 (y un texto sobre buzones)



Los buzones, de lejos, parecen todos iguales, pero no lo son.

En cada letra de cada una esas palabras -tan prescindibles para quien deposite una carta en ellos como para quien los emplee para algun otro uso (¿cuál?)-, tal vez sea posible advertir el laborioso y nada ligero trazo de un remoto herrero o modelista, ¿analfabeto?, ¿quién sabe? como una firma -anónima- en la que la singularidad de su caligrafía se marca en la precisión de un vértice, en el mayor o menor relieve, en una cierta distancia en la distribución de los caracteres.

No me he animado a tocar siquiera ninguno de esos buzones el día que saqué estas fotos, aunque no he dejado de preguntarme qué ángulo de apertura tendrían, si harían ruido y -lo más acuciante- hasta qué profundidad me sería posible introducir la mano, en una especie de espionaje táctil, entrando en una casa cuya puerta principal -por la razón que fuere- damos por descontado que no se nos va abrir. O en una especie de chapuzón a ciegas, deslizándola -la mano-  en lo profundo de una oscuridad desconocida de la que -también podría ser-  no puede, ya nunca más, salir de nuevo.

6 de junio de 2010

5 de junio de 2010

Pizza en Tomasito (Villa Mitre)


Pizza y cerveza en la pizzería Tomasito, la mejor pizza como las de antes.

Nico saca la foto. 
Mux no vino por culpa de la angina. 
Lucía recién en unos días vuelve de México
Marcelo arranca con un nuevo proyecto, justamente, ahí, en Villa Mitre, en Estación Rosario.
Y por eso brindamos todos (primero ahí y luego en Don Tomás, que Tomasito a las 11 cierra!!!).
Todos nos hacemos los cancheros felicitándolo pero ¡¡¡cómo lo vamos a extrañar...!!!




Tipografías 3