Mi auto se rompe en pleno centro, en calle 25 de Mayo y Brown. Mientras espero a la grúa que nos va a llevar, al auto y a mí al taller de mi mecánico favorito, camino. Y he aquí que salen a mi encuentro dos casas - casi contiguas - con caritas en los más deseables y contrapuestos estados: en una, pintada de brillante pintura dorada; quebradas, descarnadas, con sus huesos metálicos expuestos, en la otra.
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