15 de noviembre de 2014

El conservador que daba el curso el otro día decía: esta bueno tener tecnología, pero en definitiva, con papel y lapiz también podemos hacerlo todo.
Un señor septuagenario dice: voy a confesar algo, me siento mejor que nunca.
Soy cristiana y perdono y no guardo rencor, pero no me olvido.
Tengo que cuidarme, preservarme de la locura.
Me duele de nuevo la cabeza, por qué siento que eso ocurre por algo que estoy haciendo mal?
Muchas cosas, la mayor parte, parecieran suceder como a una cierta distancia, casi sin tocarme.
No me olvido, aunque querría.




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