13 de noviembre de 2010

Los tilos de Fossat






En la vereda de enfrente de mi casa hay una larga hilera de tilos.
Ya están por florecer.
Son como un puente entre la plaza y las innumerables plantas del magnífico jardín que rodea la casa de la esquina.
Supe -hace pocos días- que se vende.
Los tilos tiemblan bajo la lluvia mansa.

Nosotros también.

2 comentarios:

clothogancho dijo...

Temor salutario y poético, con la dental y la líquida (tiemblan los tilos). Rumor en la fronda. Gigantes estremecidos. ¿Y si se atrevieran los bárbaros?

Ana Miravalles dijo...

ay ay ay... claro, no es un temblor poético, el nuestro; picotas y sierras eléctricas y palas son perfectamente probables