25 de octubre de 2010

Saludos desde Nairobi, Kenya

Acabo de recibir esto desde Nairobi, Kenya.




Me lo envía una persona a quien vi por ultima vez en 1983, acá en Bahía Blanca (yo tenía entonces 17 años; la persona en cuestión, -cura, misionero salesiano, él-, 45) y a quien volví a encontrar -buscándolo- hace unos meses.

Me manda, además, las letras de dos viejas canciones, diciendo:

Ti accludo parole che ho conservato di quel tempo indimenticabile Mi piace rileggerle con te. A distanza di anni e di esperienze.
Ciao pupa di quel tempo. Auguri, Victor
(él lo escribe en castellano, pero su nombre es Vittorio)

"Te envío unas palabras que he conservado de aquel tiempo inolvidable. Me gusta releerlas con vos. A la distancia de años y de experiencias. Hasta pronto, Pupa, chica de aquel tiempo. Feliz cumpleaños."

¿Qué vueltas de caracol tendría que dar dentro de mí para dar con la chica de aquel tiempo?
¿Qué hago con ella si la encuentro?

18 de octubre de 2010

16 de octubre de 2010

Carrera de caracoles

Dos pasillos de cemento atraviesan el patio inmenso, cubierto de césped, rosales, marimonias, dalias, lavanda, menta, salvia, dientes de león, nardos, margaritas, malvones, calas, pensamientos, nomeolvides, violetas, tréboles  y malvones, limonero, naranjo,  y además hiedras y helechos cubriendo las paredes, y parrales sostenidos por parantes de material, que dan sombra cuando más pega el sol.  Pero ahora es de noche, y solo muy de cerca se alcanzan a ver -gracias al resplandor rasante que viene desde la puerta de la cocina- los diez doce caracoles que logramos rescatar con mi hermana de las bolsas en que por centenares son capturados y exterminados: nosotras dos, arrodilladas en el suelo, tratando de que no se escondan dentro de sus caparazones, despegándolos una y otra vez para que no se vayan cada uno por su  lado, y ellos, los caracles, desconcertados, llenando de baba y espuma la línea de partida de la emocionante carrera que está a punto de empezar.

10 de octubre de 2010

Pirandello - Imprevistos

Vivo del sueño de una sombra en el agua:

sombra de ramas verdes, de casas
ya dadas vuelta, y de nuevo nubes... y se mece
todo: el borde blanco de un muro
en el cielo azul que te enceguece, una cuerda
que lo atraviesa, un farol y el tronco
negro de un árbol, cortada a la mitad
una hoja amarilla
de papel que flota...
Sombra en el agua - líquida ciudad...
luminoso temblor, inmensidad
el cielo claro, verde verde verde
de hojas - todo parece que se fuera y está
y vive y no lo sabe:
no lo sabe el agua, no lo saben los árboles,
no lo sabe el cielo ni las casas... Solo
un hombre lo sabe, que camina
por el borde triste
del canal.

Este poema de Luigi Pirandello fue publicado en Nuova Antologia, el 1° de enero de 1934, por Corrado Alvaro, con indicación de la fech, 1932-1933.


La traducción la hice del texto en italiano tomado de acá

3 de octubre de 2010

Tiempo de azahares






Azahares.

Tiempo de viento norte.

El imprevisto azote

de una ráfaga de perfume.

Ya sabemos que muchos

se van a caer.

Nelly Luz y el hombre de los adoquines

Ayer conversábamos con Nelly (Luz es su segundo nombre, y le va muy bien , la suya es una presencia luminosa) mientras recorríamos los penumbrosos pasillos del depósito del museo. Y me cuenta del señor Amaranto, que se murió hace un tiempo, a los 95 años, que tenía una carnicería y que un día le dijo a ella:

en esos adoquines del empedrado están mis manos.