Cómo hacer la masa, cómo darlo vuelta, con qué rellenarlo.
Teníamos tantos otros temas para hablar, Elisa y yo, Natalia y yo
Pero, voilà, fue ahi, hablando de panqueques, que con la una y otra, nos encontramos.
A Elisa no le gustaba cocinar y si lo hacía era por obligación. Admiraba a las buenas cocineras, pero para ella era casi un orgullo no saber hacer una torta sin receta. Sabía hacer cosas ricas (ñoquis caseros, guiso de mondongo, bacalao a la española) pero ya hacía un montón de años que saboreábamos solo el recuerdo de las pocas veces que había preparado esos platos. Tenía todos los utensilios e implementos de cocina que toda buena ama de casa debía tener, pero últimamente lo único que usaba era el horno microondas.
Y sin embargo uno de los más agradables puntos de encuentro y de conversación con ella en estos últimos años fueron las recetas, las fotos y los convites de un espléndido blog de cocina, el de Artemisia Comina.
Ella igual no cocinó nada.
Yo probé algunas recetas, inventé otras, hice experimentos, la llamé varias veces para preguntarle por improbables posibles variaantes, y nos divertimos juntas con eso, lo que no es poco.
2 comentarios:
Me encantaron estos comentarios respecto a tu mami, seguro que a ella tb le hubieran gustado mucho, beso.
Gracias... ahora veo que escribi esas cosas a solo una semana de su muerte. Besos
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