Un bordado de los años 30 (pero quedó del otro lado), un cierre de cartera tipo pellizco de los años 60; un retazo de seda de no sé cuándo, el dibujo de la trama de un vestido de brocato de seda que todavía no usé.
Y la desmesura: cientos de perlas y mostacillas enhebradas y cosidas.
Una tarea absolutamente innecesaria - pero a la que me entregué con total y exclusiva pasión durante varios días - que le da a estos días un carácter particular.
Essayer d'épuiser les stokcs, tratar de agotar todo eso que tenemos ahí guardado, escribía hace unos días Clothogancho: en eso estamos.
2 comentarios:
Mucho hermoso!
gracias, bridget!
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