Alexandros Athenaios, Giocatrici di astragali, I a.C. Museo Archeologico Nazionale, Napoli
Capricho
Basta sólo
tomar aquello
que el deseo ha envuelto
con precipitado ademán,
y lanzarlo de nuevo
por el aire,
despedazándolo,
infinitamente,
en sutil lluvia de arena
y sacarselo luego
de encima,
de encima,
con ligero fastidio.
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