16 de octubre de 2014

"Es frecuente que lo que el analista identifica como disfraz de una pasión inconciente se exprese más bien como una nostalgia sin causa determinable, en la que un sentimiento constante de soledad solo de manera fugaz deja que se abran paso fantasías amorosas casi siempre detenidas en su desarrollo cuando confiesan demasiado su naturaleza. La pasión no se adivina aquí sino por la huella de la decepción, la espera vana de un milagro que, por la propia índole del modo mágico de satisfacción esperada, dispensa al sujeto de formular un deseo cuyos orígenes históricos se afana en confundir, impidiéndose reconocer las inscripciones que dejaron en su mismo cuerpo. Y a menudo nos vemos llevados a forjar la hipótesis, mucho antes de que indicios o signos más o menos precisos vengan a corroborarla, de un estado de duelo interminable que encierra al sujeto, sin que este lo sepa, en la preservación de un sufrimiento narcisista." Green, André (1999), 21.

Que este texto merece ser profundamene pensado y meditado se hace evidente por el resquemor que me produce publicarlo (e imaginar quiénes pueden llegar a leerlo).

No hay comentarios: