11 de noviembre de 2009

¿Quién está mirando desde las raíces de estos árboles?


Esta plaza cercana desde siempre a la casa del tío Abramo, es parte del paisaje de mi infancia. Es, además, el lugar donde he pasado la mayor cantidad de mis horas de vigilia en estos últimos años.
Un día encontré en el álbum del centenario de 1928 esta foto:

 



Las palmeras (si es que son las mismas) ahora son mucho más altas, los canteros han cambiado en algunos trazos su diseño, y en el centro hay una especie de bidet, ciego, donde los días de lluvia chapotean los perros y los niños.

Que acá hubo un cementerio alguna vez, entre 1863 y 1885, con un paredón de 2, 25m de altura y una puerta en el sector sur para que puedan entrar y recibir sepultura las personas de religión protestante que empezaban a dar vueltas por acá, es algo que, vagamente, todos sabemos.La especie es fuerte, las palomas parecen todavía cantar sus lúgubres trenos, y las ramas de los árboles agitadas por el viento parecen despertar de su sopor a lejanos e incógnitos fantasmas.

Mäs concreta, (aunque no mucho más verosímil), Irene, mi vecina, una señora ya mayor, me contaba una tarde, sentadas ambas a la sombra de los pinos, que a mediados de los cincuenta, cuando hacían unas remodelaciones en la plaza, todavía salían huesos y ataúdes...

Menos sugestivo, pero tan contundente a la hora de explicar la causa del crecimiento de los magnificos árboles que la adornan, es el hecho de que acá, aún en 1908 funcionaba el 



 Bahía Blanca, 16-9-1908

Continúa a la fecha siendo como antes un foco de infección el corralón de limpieza dependencia municipal que ubicada en lo que fue hace algo más de veinte años el cementerio, se encuentra hoy en el que los martilleros llaman el "riñón de la ciudad" Estos días de viento era imposible transitar o permanecer en sus cercanías por el hedor que infecta el ambiente.
Aprovechamos para pasar por ahí. Aquello no es realmente un corralón como se dice sino una estanzuela. Vese en ella caballos, vacas, mulas, cerdos, cabras, lanares, gallinaceas. Los animales mayores alcanzan más o menos el número de 70. Están en buen estado de gordura.


(y sigue hablando sobre la función de este riñón en la ciudad, y sobre los particulares habitantes que vienen a dar cumplimiento a la máxima de Alberdi "gobernar es poblar". Pero no seguí copiando el artículo, saqué fotos, pero no alcanzo a ver qué dice)


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