Hace un tiempo encontré el blog de Clothogancho, una mujer -hasta donde yo podía deducir- que vive en algún lugar de Francia, que teje al crochet, sabe español y a quien le gusta la literatura.
Ayer a la noche, en su último post, le dejé un comentario. Ella me respondió dejando un comentario en mi entrada La guitarra, en el que nos lamentábamos, un par de amigas y yo, de que nos hubieran obligado a estudiar música:
¡qué raro! a mí pasó todo lo contrario : siempre sufrí de que no pudiera mi madre costearme clases de música o de baile. Entonces, a los trece me fabriqué un teclado de cartón para fingir que tocaba las partituras que me prestaba una compañera y que había aprendido a leer, a los quince mi madre me regaló unos de esos pianos, juguetes para niños, pero tenía dos octavos, a los diecisiete mi madre cambió las dos únicas monedas de oro que tenía de su abuelo por una guitarra. Aprendí sola, en los años 70, también con amigos, además cantábamos cosas de "allá", y rápidamente vinieron chilenos con sus temores y sus cantos ... más tarde, cuando ya había nacido mi primera hija, aprendí a acompañar cosas de Atahualpa y leer textos de ley con compañeros que se preparaban a volver a Rosario y a luchar contra el olvido (un eufemismo...)... hoy, esta hija es jurista, especialista en la defensa de los derechos de los inmigrantes, de los sin papeles, de los que huyen su país porque atropella los derechos humanos...
Mi primera guitarra, bastante mala, la tenemos todavía en casa de mi madre. Finalmente, a los 40, me matriculé en una escuela de verdad. El profe me dijo que sabía bastante para que me enseñara otra cosa y me puso una guitarra barroca entre las manos, unos tratados de vihuela y una partituras originales en fac-similé, para que las enmendara a la luz de lo que descubría en los tratados... cumplí los 57, y la guitarra sigue siendo mi voz cuando ya no tengo voz para hablar o escribir...
2 comentarios:
¡qué honor me hiciste! Gracias Ana.(Pero qué vergüenza al leer los errores de lengua que cometo... "huyen de" hubiera sido más corecto...)
Impecable, tu español, Clotho (¿es verdad que enseñás español?)
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