15 de enero de 2012

La casa Miranda - Fossat (Moreno y Tucumán)

Empezaron a demoler, hace unos pocos días, la casa Miranda - Fossat.




A principios de 2011 estuve ahí varias veces. Además de recorrer la casa por dentro, asomarme  a las ventanas, y fotografiar fotos que estaban dispersas por aquí y por alla, conversé largamente con Jorge Fossat,  quien me mostró él los planos originales de la casa y me contó cuándo y cómo la construyeron:




Tal como puede verse en las imágenes, había en esta casa una espléndida biblioteca. De ahí llegaron varios ejemplares a la mía.
No puedo evitar sentir una profunda pena al ver cómo la demuelen, no puedo evitar sentir terror al pensar en lo que -dicen- van a construir ahí.
Pero, al buscar consuelo en uno de esos libros, he aquí que vengo a encontrarme con esta página:

"Uno de los atributos mas importantes de un ambiente urbano saludable lo constituye la capacidad de renovación.
...
La piedra da un sentido falso de la continuidad y de la vida. Si bien el caparazón parece implicar continuidad por el hecho de que continúa existiendo, sin ser afectado externamente por el suceder de los acontecimientos, el hecho es que la forma exterior solo puede confirmar la vida interior y no debe ser considerada como un sustituto de ella. Todas las creencias vivientes, todas las ideas y deseos vivientes deben ser constantmente renovados de una generación a otra: "repensados", reconsiderados, re-queridos, y reconstruidos, si es que han de perdurar."

Mumford, Lewis, La cultura de las ciudades, Bs. As., Emecé, 1959 [1945], p. 547

4 comentarios:

Sueño de Barrilete dijo...

Es lamentable observar como lentamente y en forma sistemática, van desapareciendo trozos de una belleza arquitectónica que hablan de un pasado pleno de historias y de vida, que al menos, son rescatadas por personas como vos, Ana, con la suficiente sensibilidad y capacidad, como para que de cierta forma perdure en nuestras retinas, que disfrutan de una estética urbanística que algunos se empeñan en hacer desaparecer.

Ana Miravalles dijo...

Es lamentable, porque al borrarsse los edificios se borran la historia los nombres la identidad de un barrio el pasado de la ciudad...

Ana Miravalles dijo...

Agrego acá los comentarios que me dejaron en Facebook referidos a esta entrada:

Patricia: Qué lamentable que la demuelan...
15 de enero a la(s) 12:56 ·

Maryta Berenguer El "progreso" tiene esas particularidades o? por suerte no derriban la memoria...
15 de enero a la(s) 13:43

Caperucita Roja nOOOO !! no sabia q la estaban demoliendo! Q angustia! es increible que no se mantenga y se rcupere esa construccion, es un caseron increiblemente hermoso ... pase por esa esquina toda la vida cuando iba a jugar a la plaza ... soñaba con comprarla de grande jaja
15 de enero a la(s) 14:54 ·

Marcela Patricia Casannova Que pena, era realmente hermosa. Tendremos que conformarmos con nuestra memoria, la actualidad arquitectonica destruye cosas realmente preciosas, creo que muchos soñabamos con poder comprarla y mantenerla tal cual era. 15 de enero a la(s) 14:56 ·

Lucho Saba No, pero una casa demolida es más difícil de recordar. 15 de enero a la(s) 15:30

Lucho Saba La destrucción del patrimonio histórico de la ciudad es una de las políticas que más desprecio.
15 de enero a la(s) 15:38 ·

Pablo Tagliabue no me gusta :(
15 de enero a la(s) 16:24 ·

Ana Miravalles Claro, Lucho, esas casas (sean hermosas como esta, o no) son como un anclaje para la memoria. Y es así el borramiento material conduce casi indefectiblemente al borramiento, a la eliminación del pasado que ese objeto (en este caso la casa) encarnaba. Y lamentablemente hay acá muy pocos archivos, muy poco registro que preserve ese otro patrimonio que es la memoria.
15 de enero a la(s) 16:44 ·

Pablo Oscar Usabiaga No quiero ni mirar.
Sniffff
15 de enero a la(s) 17:26 ·

Elmo Hugo Fantino Es lamentable ver como casi inexorablemente, desaparecen las pocas bellezas arquitectónicas de esta Bahía impiadosa, desapegada de lo cultural; de la historia paisajística que rompe con las estructuras chatas y poco estéticas de la arquitectura contemporánea. Gracias a Dios, tenemos personas como vos Ana, que recoge estas perlas olvidadas y a punto de desaparecer, procurando al menos que algo de esa historia con mucha vida entre sus paredes, perdure.
15 de enero a la(s) 21:24 ·

Adriana Giannetti ‎:(
15 de enero a la(s) 21:29 ·

Roxana Fúrfuro Estoy de acuerdo!!!! Y con qué maravilla moderna piensan reemplazarla???
16 de enero a la(s) 7:08 ·

Ana Miravalles ahhh Roxana, es que probablemente para quienes vayan a vivir ahi sea maravilloso el edificio; e incluso tal vez convocquen a un lucido arquitecto contemporaneo a construir algo memorable ... (y eso es lo menos peor que podría pasar!) lo terrible es que el entorno NO es de edificios sino de casas de barrio, con patios, luz, árboles, perros, niños en bicicleta.
16 de enero a la(s) 11:18 ·

Ana Miravalles En esa casa tuvo durante muchos años su "lugar" el placero: ahi dejaba sus palas, rastrilllos, herramientas. Y por lo que me contó Fossat, cuando en el 46 o 48 hicieron una remodelación profunda de la plaza empezaron a salir viejos ataudes de la época en que la plaza fue cementerio (entre 1862 y 1883): todas esas "cosas" que encontraban las fueron amontnando ahi en el patio de la casa hasta que las llevaron no sé, supongo, al cementerio municipal?
16 de enero a la(s) 11:21 ·

Fernanda Cosini Ana, mirá vos qué diferente la decisión del intendente de Necochea de recuperar el Hotel El Marino. REcién subí la imagen y la noticia del acuerdo.
18 de enero a la(s) 0:07 ·

clothogancho dijo...

Me sorprende que nadie haya comentado la cita que haces al final. Palabras de constructores o arquitectos, no forzosamente de esas aves de rapiña que especulan en la construcción. Me recuerda lo que comentaba mi difunto marido, arquitecto también, y también respetuoso del pasado. En aquel tiempo no entendía, no veía que eran palabras de esperanza, que nos obligaban a tener fe en el porvenir.
Lo que dices de la biblioteca me recuerda un cuento, pero se me escapa ahora el nombre y la nacionalidad de su autor (latinoamericano, eso sí), en el que el narrador codiciaba la biblioteca de un tío suyo (creo) pero no pudo heredarla, y cuando por fin pudo acercarse a ella, todos los libros se habían hecho polvo.
Tantas parábolas nos rodean...