Hace diez años hicimos con Nico un video muy hermoso, en el que varias personas van leyendo estos versos de Juan L. Ortiz. Lo habíamos perdido, hasta ayer a la tarde, que Alvaro lo encontró entre sus viejos VHSs. También Elisa, mi madre, aparece ahí, leyendo, estos versos llenos de vitalidad y de esperanza.
Este hallazgo fortuito, justo, hoy, que se cumplen -en la misma fecha- el aniversario de su nacimiento y el de su muerte.
Pero cuándo se detenía él?
No era siempre él, también, la propia música naciendo,
muy delante de sí, siempre, en una gama sin fin, como la vida,
o como eso, acaso, que se abría más allá,
o de donde él venía?
Y no discurría, él, además, en el seno de la melodía sin medida
él, que improvisaba libremente, o mejor, él
en la linea sin límites de un espíritu de latidos y de ciclos,
hecho todo de "élan",
en la aventura de los rumbos, inventando siempre pétalos
para una rosa que crecía y crecía
desde la raíz del ritmo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario