1 de julio de 2009

Tiempo de aislamiento

Biblioteca Nacional de Francia


En 1348, cuando ya la peste ha arrasado con buena parte de la población de Florencia, diez jóvenes florentinos se recluyen en una espléndida casa de campo (junto a sus sirvientes) para preservarse del contagio y seguir disfrutando la fiesta, la alegría, y los placeres de la vida.
No solamente se van a dedicar a retozar alegremente por los prados, comer delicados platos, cantar, bailar y leer novelas: en vez de jugar todo el tiempo al ajedrez (con lo que necesariamente algunos no lo van a pasar tan bien ya sea porque pierden o porque se aburren mirando) Pampinea propone pasar las horas de mayor calor contando y escuchando historias.
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(Giovanni Boccaccio, Decameron, Giornata Prima)


2 comentarios:

Eva dijo...

Pensé también en el Decamerón, y obviamente en vos; dan ganas de aprovechar este mes para irse al campo huyendo más que de la peste de los barbijos...

Ana Miravalles dijo...

Bueno, y si tal vez el clima no dé para andar retozando por los prados, sí al menos, entre otras cosas, para leer...