13 de noviembre de 2012


Como un ritual, cada año, cuando llega el momento que marca el programa, volvemos a tomar el libro o la fotocopia -aunque bien podríamos hacer a menos y decirlos de memoria -, y leemos, y copiamos, y hacemos decir y repetir, entre muchos otros (como Dante, que escribe los nombres de las cien mujeres más hermosas de Firenze solo para permitirse decir, entre ellos, el nombre de Beatrice), algunos poemas.

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