14 de julio de 2014

Llueve.
Hay olor a lana húmeda .
A gato húmedo.
Las florcitas de la fiesta todavía están ahí, en el alfeizar de la ventana.

Me compré una nueva y espléndida caja para guardar aca en mi casa las herramientas de mi viejo que me traje del galpón. Traje limones también, pero vienen cada vez mas chiquitos.

Llueve.
Nina me espera en el patio bajo su paraguas lila, mientras destejo un pulover viejo.
Una secreta maravilla.
No hay por qué tener miedo.

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