29 de julio de 2014

- Los admiro, les dije hoy , qué voluntad, mi abuelo hacían este gesto gesto así...
- Y... me dice él, Ferrari quiere decir de fierro.

Una presencia balsámica, tal como ocurría antes, cuando ellos llegaban volando en su avión maravilloso o en ese auto norteamericano azul eléctrico que ella se había hecho importar especialmente antes de la época de martinez de hoz y que parecía un catamarán que ni entraba en el garage de casa alguna vez que lo dejaron para que papi lo lleve al campo. Una protección transitiva: de alguna manera todavía me sigue reconfortando a traves del recuerdo de la expectativa y la incidencia de aquellas frecuentes visitas en mis padres.
Mi padre, cuando ya no reconocía ni tenía noción de tiempo y espacio, a veces en sus delirios lo llamaba o lo nombraba, como si lo hubiera seguido esperando.

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