17 de julio de 2014

Una mascara de dragón.

Me olvidé de M esta mañana, completamente: cuando llegue al museo pense que raro que todavia no vino, ahora cuando llegue le voy a pedir tal cosa... y ahí, entonces, me vino a la mente el recuerdo que había quedado hundido en la oscura profundidad de mi memoria desde el día anterior, que a las 8 y diez de la mañana el me iba a estar esperando en la esquina de su casa, y ya eran las 9 menos veinte. Salí corriendo, en el auto, llegue a la esquina, di vueltas por bahia, di vueltas por white, hasta que volvi. Lo encontre justo cuando bajaba del colectivo.

Los trámites que parece que avanzan y la esperanza de que el asunto se solucione.
La clase: una chica pelirroja canta, la otra la que lleva torta, también canta, y lo hace bien, a su manera.

Nina me pidió que le enseñe a tejer, así que con la aguja de crochet estuvimos haciendo cadenita. No lo puedo creer. enseñarle eso es un precioso regalo de la vida, es un hilo a través del tiempo que nos une y nos sostiene, pensaba mientras le enseñaba a pasar la lazada y sostener la aguja y mover los dedos.

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