10 de septiembre de 2014

Un par de cajas de alfajores Havanna de dulce de leche.

Se metti troppa carne al fuoco, alla fine non si cuoce niente, decia ayer Edgardo.

Un chico con el cabello prolijamente estirado y anudado en la nuca con un pequeño chignon. Sin embargo las ondas se resisten. Ayer él hablaba de dosificar la voz, hoy, de dosificar energías. Ahi entonces le pregunté por qué estiraba y ataba su cabello que seguramente debía ser muy enrulado. Dosare es el verbo que usaba ayer. Edgardo me hizo acordar tantisimo a Piercarlo, tanto, tanto.

Un ejercicio de libertad, dice Nico, somos libres luchando y haciendo esto que nos gusta y nos apasiona.

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