En uno de los miles de barcos que navegan por el Atlántico hacia Buenos Aires, un nene de un año y medio llora. Le arman una cuna con la tapa de un baúl, y una manta. La madre le canta un ninna nanna. El nene se calma.
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Algunos nombres propios, algunas imágenes de antes, otras recientes, para no olvidar que todos estamos, de un modo otro, siempre migrando.
Cuna from Nicolas Testoni on Vimeo.
El viernes 29 de mayo festejamos los 20 años del Círculo Trentino de Bahía Blanca, con una estupenda cena, con polenta, crauti, strangolapreti, y vin brulé, il mazzolin di fiori, la montanara oé, y la valsugana, regalos para los socios fundadores y aplausos para Fortunata, la trentina más anciana.
Y fue por supuesto, muy emocionante (lo digo de corazón, porque a esas personas mayores las quiero muchísimo: Julio, Marcelo, Sarita, Angel, Carlo, Maria, Rosana, Carmen, Asunta, y también los que ya no están Mario, Franca, Roberto...)
Pero lo que me llamo la atención, debido que hacía tiempo que no participaba con regularidad, son los socios "constructores", gente de entre veinte y treinta años: Natalia y Valeria Rocco, Renzo Groselli, Javier Severini, Francisco Nardelli: organizaron una cooperativa de producción de miel y dulces, participan en los trabajos de asistencia del círculo, se reúnen para comer, divertirse y organizar actividades... cero nostalgia, cero tradicionalismo, iniciativa hacia adelante.
Para esto tal vez sirvan estas cenas, estas reuniones, estos videos: sentir que todo el tiempo la propia identidad se va definiendo y redefiniendo no en base a los "mensajes de la sangre" sino en base a la experiencia vivida.
2 comentarios:
La emoción está intacta en el video.
Un abrazo.
Gracias, Eva, a mí también me emocionó esto que hizo NIco, especialmente la primera parte con las voces que murmuran canciones de cuna. Las fotos son de casi todas las personas que nombré antes.
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