12 de agosto de 2014

Uno de esos días.
Ayer falleció Carmen, la hermana de Marcelo, y le hice un obituario en facebook. Claro que él no lee esas cosas. Hoy a la mañana, despues de dejarla a Nina en la escuela pase un segundo por bonacorsi, pero solo estaba el hijo de ella, a quien hacia al menos veinticinco años que no veía. Como Marcelo no estaba nos fuimos enseguida al museo. A media mañana quise salir, me fui hasta White a comprar pan, y cremona y a dar una vuelta, estaba inquieta. Ya faltaba poco para irnos que viene nico y me avisa que ese papel tan esperado esta listo para ir a ser firmado. Vuelo, llego, firmo, leo algunas palabras que no comprendo y que me inquietan, pero no pregunto. Salgo, y lo primero que pienso es quiero ver si alcanzo al cortejo, que hacen no mas de diez minutos que salieron. Voy camino al cementerio, preguntandome, preguntandome por qué tanto apuro, por qué queria ir al cementerio, y sí como las mujeres alrededor de Patroclo, llegué pregunté igual por dónde estaba el servicio de esta señora, pero en lugar de seguir las indicaciones me fui derecho a la tumba de mi madre, y justo cuando me bajé del auto, mientras una cuadrilla de al menos quince hombres pasaba al lado mío con sus máquinas bordeadoras y sus palas al hombro, y estuve ahí unos minutos, mirando la negra lápida. Me fui enseguida, di una vuelta más, pero no había nadie, ahí al mediodía, volvi a pensar en el papel, llegue al estacionamiento de Moreno, entro el auto, me pongo a leer de nuevo el papel en la vereda, ahora ya mas serena, y nada, me vuelvo a casa. Silvina esta esperandome para avisarme que mañana la operan y que por diez días no va a venir, comemos con nina, la acompaño mientras hace sus deberes, vuelve nico, y sigo aca tratando de remontar ese trabajo que había fracasado hace unos días y en cambio me vence un inexplicable cansancio, una lasitud que me lleva a recostarme en el sillon y a quedarme ahí entredormida. Me siento otra vez en mi compu, y me entero que a uno que fue durante mas de 20 años compañero de trabajo lo asaltan, lo atan con alambre y le roban dos o tres cosas. El que dedico su vida entera al italiano, hace un mes dejó absolutamente de dar clase y abrio un kiosco en villa mitre profundo. me impresiono, ¿qué le pasa a este chico? ¿qué nos pasa? ¿Hay algo que enferma, que satura, que termina sacandolo a uno, en ese trabajo que es a primera vista y durante los primeros años tan gratificante? Como un mundo de fantasia el arte, la literatura, la geografia de un país distante, siempre ajeno, siempre ajeno. Ese "viaje", ese "tour" interno se termina, de golpe. No sé que le habra pasado a él. Pero me sorprende la simultaneidad con mi propia renuncia y reniegue con respecto al dar clase de lengua extranjera. Pero al rato ya me olvido de ese asunto, tengo turno en el medico a la tarde, llego al consultorio caminando, después de haberme tomado dos tazas de café con leche con torta de coco que hice el otro dia; cuestionario de rigor, ¿cansada, aburrida? me pregunta, nunca estuve mejor, ni tan cansada, le digo. Un kilo mas que el año pasado, me dice, mientras voy saliendo. Aca estoy ahora tejiendo cuadraditos multicolores, me encuentro un mail de di drumond que confunde mi apellido y me dice ana morales y me habla de trains and transculturation, and the argetinian railway as case study of this y empiezo a fantasear, de nuevo, otra vez el tour mental, pero la noche es fría, mañana hay paro de municipales así que nos vamos a quedar en casa, lo de esta señora me afectó, parece.

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