14 de febrero de 2015

Soy una de las personas más contantes que conozco.

Falleció la persona cuyo nombre me inspiró (sin haber tenido yo con él mas que dos o tres dialogos intrascendentes) el nombre de mi hijo. Nos afectó también, porque es parte de un pasado lejano, allá por fines de los ochenta que se desvanece (o se reactualiza, al recordar y cerrar de algun modo simbolicamente aquella lejana historia).

Un patetico sombrerito playero.Un licor de naranja.
El sol tibio que me reconforta en medio del terrible mareo.
Las hojas.
Un libro que me acabo de comprar.

Voy a postergar lo más posible el momento de acostarme para ahuyentar a ese horrible monstruo que de noche se apodera de mi cabeza y me la exprime.

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