12 de abril de 2015

Es una noche hermosa, hace calor. Salí a caminar, hace un rato, la ciudad parece de pronto ser muy muy pequeña, pero esta noche es inmensa, e imposible encontrar aquello que uno no tiene la menor idea dónde pudo haberse escondido.

Lemon pie, torta de limón, pasta con tuco, tarta de atún a la noche. Me lo pase cocinando.
Hoy me llamo Beppino al mediodia para decirme que se había acordado que en abril de 2000 había estado en la Campana dei Caduti de Rovereto con mis padres. Mis padres. Con qué poco me vienen ganas de llorar, enseguida. Y sin embargo

Sin embargo, todo está en su lugar, todo armoniza, las pequeñas iras cotidianas se desencadenan por futiles motivos, ligeras inquietudes en el cuerpo, obligaciones mínimas que de pronto pesan. Pero las cosas vuelven a su centro y se calman.






No hay comentarios: