5 de abril de 2015

Un video a la mañana temprano:  Luigi mece a la tia Albina como una nena.

El sol pomeridiano, en otoño, engaña y uno piensa que todavía hace calor. Pero no.


Una tarde de filmación en el museo de arte contemporaneo. Nina posa y juega con un enorme ornitorrinco que tiene en brazos a un hombre muerto, mientras Juliana la filma. Una conversación que si hubieramos podido, seguía, todavía.

La misa de Pascua y la lectura en el ambón de la iglesia del Don Bosco, despues de tantos años.
Tantos años.
(Es domingo a la mañana, yo tengo once o doce años, voy caminando hasta la iglesia, me dan un librito con las glosas ya escritas, o las arma el cura ahí, en el momento, busco a las personas que lean las lecturas y lleven las ofrendas, subo al ambon pero casi nadie puede verme porque apenas llego al micrófono todavía. Y ahi, en las primeras filas, siempre, el tio Abramo y el abuelo. Después nos volvíamos en la rastrojero a casa. Y el tío nos regalaba galletitas, a escondidas. Pero ahora dudo y me pregunto si no era al revés: que venían a buscarme a la mañana, y me llevaban ellos a misa).

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