28 de diciembre de 2009

Un poema de Mario Ortiz, en el día de su cumpleaños

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.
Las criaturas líquidas tiemblan
en la cornisa por viento
las criaturas ilíacas tiemblan
en la ciudadela por fuego
caballo de Troya por viento del sur
y de nuevo dale vueltas al tema
como caballo de noria///
viento líquido tiemblan las que cornisas
antes criaturas por fuego
gota a gota caen las ciudades desde el cielo
como cae Ilión
como cae Bagdad
como caen los niños de las camas
dormidos goteando
cae Un Quasar
los puertos se abren a los abismos marinos
que traen a los soldados
entre dispersión de lenguas y gotas de fuego
como caen los misiles a los pies de Babel
a los pies del hospital

.....
así nació la poesia padre Homero
sobre los cascotes de estatuillas ilíacas
y yo nací cuando moría la democracia ilíaca
avanzaban los generales a lomo de tanque
y Arturito
le dijo a Julito
"Usted es un fascineroso, un bandolero!"
Julito: "y usted es un viejo pelotudo"
[...]



en G. LOPEZ (comp), 23 chichos bahienses. Antología de poesía, Bs. As., 2005, 138-139

26 de diciembre de 2009

Derecho de asilo


Tal vez, el problema no sea la violación de un atávico "derecho de asilo", anteayer, justo la víspera de Navidad, en Ing. White, cuando la policía entró a la parroquia, y atrapó, esposó y sacó a los empujones a los pescadores que habían entrado ahí refugiádose de las corridas y las balas de goma.


¿Es delito reclamar por los perjuicios sufridos a lo largo de muchos años, esperar, impacientarse porque el tiempo pasa y las soluciones no llegan?

¿Es más violenta la violencia dentro de una iglesia que la que se podría haber ejercido en cualquier otro lugar donde  hubieran ocurrido las mismas cosas? ¿Es eso lo que las vuelve más graves?




Imagen tomada de Ulrich SINN, "Greek sanctuaries as places of refuge", en MARINATOS, N y HÄGG, R, Greek Sanctuaries, London, 1992,  p 92

24 de diciembre de 2009

Ungaretti - Navidad

.
.
No tengo ganas
de hundirme
en un ovillo
de calles

Tengo tanto
cansancio
en las espaldas

Déjenme así
como una
cosa
puesta
en un
rincón
y olvidada

Aquí
no se siente
más
que el calor dulce

Estoy
con las cuatro
volutas
de humo
del hogar


La traducción es mía, y el texto en italiano lo tomé de 
Giuseppe Ungaretti, Vita d'un uomo - Tutte le poesie, Mondadori, Milano, 1977, p 62.

23 de diciembre de 2009

Coin

Una habitación con un gran ventanal hacia la calle
Una luz difusa que atraviesa generosa las cortinas de voile.
Un escritorio y tres sillas.
Una biblioteca.
Una repisa, con varios estantes llenos de juegos infantiles.
Un enorme piano de cola, en el centro, abierto, con partituras siempre desplegadas.

Una repisa colgada en la pared opuesta a la ventana, con marco de madera labrada y pintado de dorado, cuyo vidrio protege tres estantes con estatuillas, sopramobili, y varios objetos que nunca terminé de individualizar muy bien.
La amplitud de ese espacio junto al escritorio, y su exquisita prescindencia de modas, y de  frívolos aggiornamentos superficiales.


(Pero Mónica me anuncia, con infinita pena, que la próxima vez vamos a tener que seguir hablando en otro lugar)





(la confección de una lista como esta muestra la indiscutida influencia de Eva Murari)

20 de diciembre de 2009

Blancanieves - El espejo



La imagen es de Laura Barrett, y está tomada de acá

6 de diciembre de 2009

De Tucídides a Testoni (pasando por Borges), con respecto a "Las Ruinas de Bahía Blanca"



Acabo de leer la cita de Borges con que Nicolás Testoni abre  su blog "Las ruinas de Bahía Blanca", y me acuerdo de este texto de Tucídides.



" Si Esparta fuera devastada, y solo quedaran los cimientos de sus edificios, pienso que, al cabo de mucho tiempo, los hombres del mañana dudarían si la fuerza de los espartanos correspondía a su fama. ...
Por el contrario, si les ocurriera esto mismo a los atenienses, al mostrarse ante los ojos de los hombres del futuro la apariencia de la ciudad, pensarían que la fuerza de Atenas era el doble de lo que era en realidad."

Tucídides, Historia de la guerra del Peloponeso, I, 10, 2. Gredos, 1990. 
Traducción Juan J.Torres Esbarranch.


Esto no es más que una referencia literal a las ruinas (futuras, y también a las ya existentes) pero, ¿hacia dónde nos llevará Nico a leer, observar, pensar e imaginar con sus textos, videos y fotografías?

4 de diciembre de 2009

 


"Así como somos resultado de anteriores generaciones, somos también los resultados de sus desviaciones, pasiones y errores, hasta crímenes; no es posible desprenderse totalmente de esa cadena. Si sentenciamos esas desviaciones y nos consideramos dispensados de ellas, no por ello se elimina el hecho de que procedemos de ellas. En el mejor de los casos establecemos un antagonismo entre la naturaleza heredada y nuestro conocimiento, acaso una lucha entre una nueva y estricta disciplina contra lo aceptado desde siempre; implantamos una nueva costumbre, un nuevo instinto, una segunda naturaleza, de modo que la primera marchita. Es el intento de darse a posteriori un pasado del que se querría descender, en contraste con el pasado del que se desciende. Es siempre un intento peligroso, ya que es tan dificil encontrar un limite en  la negación de lo pasado y porque las segundas naturalezas son por lo general más debiles que las primeras. Con frecuencia todo queda en conocer lo bueno sin poder hacerlo.

Pero a veces se logra la victoria y los que luchan, los que se sirven de la historia critica para la vida tienen un consuelo: saber que esa primera naturaleza fue alguna vez segunda naturaleza y que toda segunda naturaleza victoriosa puede llegar a ser primera".

F. Nietzsche, Utilidad y perjuicio de la historia para la vida, Alción, Córdoba, 1998, p 57.
Casa Vilela, Fitz Roy, la primera cuadra, casi Brown,  1909

2 de diciembre de 2009

Para que la historia no se vuelva una práctica insalubre.




"Hay que tener la fuerza, y de tanto en tanto emplearla, para despedazar y disolver un pasado a fin de poder vivir.
[...]

Se requiere mucha fuerza para poder vivir y olvidar en qué medida vivir y ser injusto es la misma cosa.
[...]

Pero a veces la misma vida, que necesita olvido, reclama el pasajero aniquilamiento de ese olvido; entonces quedará claro cuán injusta es la existencia de una cosa, en qué medida esta cosa merece sucumbir. Entonces su pasado es considerado críticamente, con el cuchillo se atacan sus raíces, se avanza por encima de toda piedad."

F. Nietzsche, Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, Alción, Córdoba, 1998. Traducción: Oscar Caeiro, p 56-57.

La historia anticuaria


"... el que guarda y venera  -al que con fidelidad y amor mira hacia atrás, hacia el lugar de donde viene, donde ha llegado a ser el que es-; por medio de este acto de piedad es como si manifestara gratitud por su existencia. Mientras con cautelosa mano cuida lo que ha existido desde siempre, quiere conservar las condiciones bajo las cuales ha surgido él para los que han de venir después; y así es como sirve a la vida. La posesión de los enseres domésticos de los antepasados cambia de concepto en semejante alma: pues más bien es poseída por ellos. Lo pequeño, lo limitado, lo enmohecido y envejecido adquiere dignidad e intangibilidad por el hecho de que el alma del hombre anticuario, que guarda y venera, se traslada a estas cosas y se hace en ellas un acogedor nido. La historia de su ciudad se le transforma en historia de sí mismo: entiende los muros, las puertas de la ciudad con sus torres, la ordenanza del ayuntamiento, la fiesta popular, como una especie de pintado diario íntimo de su juventud y se vuelve a encontrar a sí mismo en todo esto, su fuerza, su aplicación, su placer, su juicio, su locura y su torpeza. Aquí se podía vivir, se dice a sí mismo, pues aquí se puede vivir, se podrá vivir, pues somos tenaces y no se nos puede derribar de un día para el otro. Así, con este "nosotros", mira más allá de la pasajera y rara vida individual y se siente a sí mismo como el espíritu doméstico, generacional, ciudadano.
[...]

Esta historia anticuaria degenera en el momento mismo en el que ya no la anima ni entusiasma la fresca vida del presente. Se marchita la piedad, el hábito erudito persiste sin ella y se retuerce, con egoísta complacencia de sí mismo, en torno a su centro. Entonces se asiste al desagradable espectáculo de una ciega furia de coleccionista, de una incesante recolección de todo lo que alguna vez existió. El hombre se envuelve de un vaho enmohecido; por el amaneramiento anticuario que le da insaciable sed de novedades, más exactamente de antigüedades, de todo lo que se encuentre, con frecuencia cae tan bajo que le satisface cualquier alimento y devora con placer hasta el polvo de fruslerías bibliográficas".


F. Nietzsche, Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, Alción, Córdoba, 1998. Traducción: Oscar Caeiro, p 50 y 54

La historia monumental

"Quien ha aprendido a recoocer el sentido de la historia, ha de fastidiarse al ver trepar a curiosos viajeros o meticulosos investigadores de detalles por las pirámides de losgrandes pasados; allí donde halla estímulos para imitar y perfeccionar no quiere encontrarse con el ocioso que, ansioso de distracción y de sensaciones anda vagando como quien se pasea por entre los tesoros artísticos acumulados en una galería. 
[...] 
Su meta es alguna felicidad, quizas no la propia, con frecuencia la de un pueblo o la de la humanidad en su conjunto: huye de la resignación y utiliza la historia como un medio contra la resignación. [...]


Si la consi deración monumental de lo pasado impera entonces sobre los otros tipos de consideración, me refiero a la anticuaria y la crítica, el mismo pasado padece daño: partes enteras de él son olvidadas, despreciadas y si­guen corriendo como un gris e ininterrumpido torren­te, y sólo algunos hechos especialmente adornados se destacan como islas; sobre los ojos de los escasos per­sonajes que en general se hacen visibles cae algo antinatural y maravilloso. La historia monumental engaña por medio de analogías, con seductoras semejanzas incita a los va­lientes a la temeridad y a los entusiastas al fanatismo; y si uno piensa esta historia en las manos y cabezas de los egoístas dotados y de los pillos fantasiosos, son destruidos imperios, asesinados príncipes, provocadas guerras y revoluciones y crece de nuevo el número de los "efectos en sí" históricos, es decir, de los efectos sin causas suficientes."

F. Nietzsche, Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, Alción, Córdoba, 1998. Traducción: Oscar Caeiro.p 47.