30 de mayo de 2010

Vannuccio Biringuccio - De Pirotechnia (1540)


Parece que este señor Vannuccio (1480-1539), de la ciudad de Siena escribió este libro, De Pirotechnia, no es solamente una furiosa diatriba contra los alquimistas que esperaban hacer brotar la vida de los metales, sino tamibén -y sobre todo- un precioso manual (probablemente el primero impreso) de fundición.
Desde cómo excavar una mina a cómo hacer los hornos, los crisoles y los moldes para la fundición, cómo fundir oro, plata, cobre, hierro, vidrio y cómo hacer balas de cañones, campanas y preciosas joyas, Vannucio se explaya a lo largo de 600 páginas, explicándo amorosa y apasionadamente cuáles son los procedimientos posibles, cuáles los que él prefiere,  ilustrando con oportunos dibujos los diferentes temas.
Por eso, aunque el t'tulo de la obra está en latín, el libro está escrito enteramente en italiano. Ilustrados, los fundidores, sí, pero prácticos, cada cosa por su nombre: para los noyos, cenizas de esa que se usaba para lavar la ropa (cenere di bucato) finamente cernida, estopa, estiercol de asno o de potrillo (sterco d asino o cavallino), arena de río, o ladrillo molido (arena di fiume o matton pesto) o virutas de hierro; la base de las cajas (li culi delle boccie), todo el cuerpo hasta el cuello (li corpi per fino appresso al collo) y así:



(¿Habrá sido una cuestión también fundir los tipos para imprimir libros como este, cuidando que los tipos de las letras se parezcan lo más posible a la letra manuscrita?)

Me interesa este tema porque hace unos días estuve conversando con un señor, que fue modelista y fundidor en Talleres Bahía Blanca
La referencia al libro de Vannuccio Biringuccio la encontré en el libro de R. Sennet, El artesano, Anagrama, 2009, p 265. El libro completo lo descargué de aquí.

29 de mayo de 2010

Sandro Penna - Poemas



A Enrique Garavano, Pipón, queridísimo amigo,
a un año de su muerte.


 
Bajo un cielo
todo azul
¿qué espero?
¿qúé anhelo?
Está todo en paz
aunque hay un velo
de tristeza
que no quiero.



Ya no está esa gracia fulminante
sino el soplo de algo que vendrá.



El mar está completamente azul
El mar está completamente calmo
En mi corazón hay casi un grito
de alegría. Y todo está completamente calmo.



En la noche profunda
se consumen las estrellas.
Un dolor me inunda:
un amor de cosas bellas.


Besame en la boca, último verano
decime que no te irás tan lejos,
regresa con el amor sobre tus hombros
y tu peso ya no será vano.


...
¿no es tal vez el amor un nudo estrecho
entre la angustia y el goce?


Estos poemas de Sandro Penna, están tomados del volumen Poesie, Garzanti, 2000, p 394, 414, 12, 276, 316 y 370. La traducción es mia.

28 de mayo de 2010

Tipografías 1

Siempre paso delante de ese negocio de video, en calle 9 de Julio, a la vuelta de mi casa.
Nunca antes había visto ese nombre en la fachada: "Taller de  fundición y tornería de V. Luccerini". 
Me llamó la atención la forma de las letras. 
¿Será art decó?
¿Habran sido de otros colores, las letras? 

¿Tendrá algo que ver el apellido del señor Luccerini con el resplandor de los hornos y el brillo de las chispas de su taller?



Justo al día siguiente de haber tomado esta foto, un hombre -modelista- me dijo que en una época hacía modelos para una empresa que los hacía fundir en lo de un "tal Luccerini".

25 de mayo de 2010

Convite con torta de chocolate

Vino Marina a casa y comimos tarta de puerros, espinacas frescas con queso y aceite de olivo, pollo en pepitoria y una torta de chocolate espectacular, con decorado festivo y todo.



La receta de la torta viene del blog de Artemisia. Es así:

Enmantecar y enharinar la tartera.
Poner en el mixer: 100 gr de chocolate, 130 gr de manteca, 200gr de azucar, 3 yemas de huevo, 30gr de maicena, 30 gr de cacao, dos cucharaditas de café molido, hasta que se forma una crema homogenea.
Batir a punto de nieve las claras y mezclar todo.
Colocar la masa en la tartera y cocinar en el horno, ya caliente, media hora.
Espolvorear con azucar impalpable.

26 de mayo. Esto fue parte fundamental del convite y no podíamos dejar de mencionarlo:


23 de mayo de 2010

Watership Down


Cuando tenía 10 años, en 1976,  me regalaron este libro.

Me gustaba no solamente porque podía impresionar a los mayores y espantar a mis amigas leyendo libros de 414 páginas, y porque soñaba -inmediatamente después de haber escrito en un par de hojas de cuaderno alguna historia o alguna descripción "inspirada"- que el volumen de mis escritos iría creciendo junto a mí, con los años y que por lo tanto cuando fuera grande yo también, naturalmente, iba a llegar a ser una de esos "grandes novelistas".

Me gustaba también porque es una terrible historia épica cuyas escenas más escalofriantes y dramáticas suceden bajo tierra, en las madrigueras de los conejos, o en aparentemente apacibles praderas, casi deshabitadas; los conejos y su drama, sus decisiones, sus partida y las vicisitudes que atraviesan hasta que llegan hasta donde quieren llegar son casi invisibles a los hombres pero condicionadas absolutamnte por ellos; y porque aquello que parecía insignificante, silencioso, sin gracia podía ocultar peripecias y transformaciones increíbles.

En una parte de esta historia, el grupo de fugitivos se acerca peligrosamente a una granja, y encuentra refugio en las madrigueras de unos conejos gordos, lustrosos,  que comen jugosas zanahorias y hortalizas varias que encuentran "casualmente" bien cerca de sus cuevas, pero que no saben correr ni saltar, ni buscarse por sí solos el alimento, que desconocen o callan el pasado de su comunidad y de los conejos, y que tienen absolutamente prohibido responder a la pregunta "¿Dónde está ........?".


Muchas veces, luego, volví a recordar esto.
Anoche volví recordarlo cuando Luis nos sugería a qué empresa pedirle plata para publicar el próximo libro del museo.

La tapa es del libro de Richard Adams, La colina de Watership, Emecé, Bs. As, 1975, traducido por Patricio Canto. Watership Down fue publicado en Londres, en 1972. El año pasado Seix Barral publicó una nueva traducción.

20 de mayo de 2010

Hoy el tio Abramo hubiera cumplido 97 años.
Vivio una vida larga, feliz y próspera acá.

Pero si le preguntabas por su vida, su única vida, la que le gustaba contarte, había sido allá, hasta los 16 años.

Vivir un día,  y recordarlo luego durante cien años, dice Meursault, el Extranjero.

Quién sabe si el seguir viviendo a pleno sus 16 años hasta los 85 no lo salvó de volverse viejo.
Quién sabe si no es por eso que se podía hablar con él.


A Ponte Arche 
ci sta 'na bela mora
tutte le sere 
la resta fora con gli arditi
a far l'amor

En Ponte Arche hay una linda morocha, que todas las noches se queda afuera con los más cancheros haciendo el amor.

9 de mayo de 2010

Bife Londres (con huevo frito, morrones y papas rejilla)


Hace unos días fui a entrevistar a un hombre que, antes de ser herrero en Talleres Bahía Blanca, fue -entre otras cosas- cocinero en El Caballito Blanco, La Española y en el Londres, donde inventó este plato, a fines de la década del 60.

El Bife Londres, me dice: chuleta a la plancha (que salga jugo marrón terroso, no rojo), huevo frito en abundante aceite, copo de morrones "al natural", y guarnición de papas rejilla.

Pruebo a hacerlo, y sale bien, aunque las chuletas de la cooperativa son quizás demasiado finitas, ni loca como morrones enlatados así que los preparo asados sobre la planchuela, y creo que es la primera vez en muchos años que logro que me salga entero un huevo frito "frito en abudante aceite".

Las papas rejilla las corto con un mandolín comprado por mi padre que rescaté hace un rato del fondo profundo de un cajón lleno de cosas que no se usan desde hace mucho, mucho tiempo.

Nunca, que yo recuerde, se hicieron papas rejilla en casa.

Mandolín: uno de esos tantos "cositos" que hay en esos cajones de la cocina, que nadie usa con demasiada frecuencia, de una utilidad o practicidad más bien dudosas, y que -desde ya-  nadie tira.

Una "caccavella", según la genia Artemisia Comina.