27 de marzo de 2015


Conversación sobre casas paternas, las calles, el barrio, los vecinos, las plantas que crecen desaforadas, y la extraña sensación de culpa porque permanecen vacías.
Encuentro a la señora amiga de Susana y de mi madre, luego, a la noche, sentada junto a mí en la platea del teatro. Cómo andás, le pregunto cuando me reconoce. Y me cuenta su vida, y la de sus hijos, y me empieza a hablar de aquellas mismas calles, de ese mismo barrio. Recuerda a mis padres, y casi me hace llorar cuando nos despedimos.

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