30 de junio de 2014

Como poeta avancé un poco más que como cantante lírica. De hecho, hace un mes presenté mi libro de poemas "Arte Cisoria",leí varias veces en público, hoy incluyeron un poema mío en la Sonoteca Bahía Blanca. 


Igual, cuando me siento a escribir, en vez de ocuparme de construir mi "figura de poeta", en vez de reflexionar sobre mi poética, en vez de preocuparme por ponerme en contacto con otros poetas y ser reconocida por ellos, en vez de escribir poemas -básicamente-, me pongo a escribir desaforada frases que escucho por ahi, recuerdos que me vienen a la cabeza, cosas que me pasan todo el tiempo (y... sí: no parece pero mi vida es realmente apasionante), o historias alucinantes como esto que encontré hoy:

Archivo Guerreiro - Ferrowhite

Hoy a la mañana encuentro este artículo al márgen del artículo que Guerreiro había querido fotografiar. 

Interesante: en octubre de 1927 un diputado italiano, que esta en la Argentina en ocasión de la exposición del libro italiano en buenos aires, viene hasta Bahía Blanca a dar una conferencia sobre la "función histórica de la latinidad".  Me causa gracia el apellido, me llama la atención la obsecuencia con la que el diario local se refiere a este personaje, me interesa el detalle de la inauguracion de la sede de Colon 94 ya que esa sera la sede social del Fascio Giordani en Bahia Blanca hasta 1940, mas o menos.

Entonces lo goglee, al señor Ciarlantini: y he aquí con quién me encontré: un marchigiano nacido en 1885, maestro, periodista hasta 1914 socialista, al empezar la guerra se vuelve interventista, va a la guerra, escribe su primer libro exaltando militarismo patriotismo, se arrima al fascismo, colabora con Il Popolo d'Italia. En Trento funda el primer instituto de propaganda italiana y la librería Dante Alighieri, y publica un libro, Problemi dell'Alto Adige (Firenze 1919), en el que justifica la anexión de los territorios hasta el límite del Brenneo, y analiza los medio para llebar a una penetración cultural y concreta de los italianos en esa zona. Entra a formar parte del Consejo Fascista y dirige la oficina de prensa y propaganda. Es elegido diputado, presenta proyectos como por ejemplo hacer una bienal de arte en Venecia. Dirigió la revista Augustea y la bilbioteca de cultura política, viajo al extranjero, fue presidente de la federacion fascista de la industria editorial. Muere en Roma en 1940. Publicó un montón de libros.

Pero aún me aguardaba otra increíble sorpresa con respecto a este señor: el 3 de noviembre de 1918, precedidos por un grupo de soldados ingleses, los italianos ocuparon la ciudad de Trento. La historiografía menciona una moto con sidecar conducida por Franco Ciarlantini y Piero Calamandrei con una bandera italiana, detras de los cuales avanzaron los escuadrones de caballería que llegaron hasta el castillo del Buonconsiglio.

¿Qué tul? cientos de antifascistas o decepcionados por el fascimo rajan y se vienen para acá, y hasta aca se viene el tipo a hablar maravillas del fascismo. Todos adulan, todos halagan al tipo, la creme de bahia va a escucharlo, pero ... y los inmigrantes? los italianos? Mi abuelo por ejemplo, que en el 27 ya andaba dando vueltas por acá. No puedo imaginármelo interesandose por una conferencia así.  ¿tal vez? Su hermano geometra, sí, tal vez hubiera ido. Pero llega a la ciudad al año siguiente.  ¿Quien habra ido? (Tendria que ir a la biblioteca a buscar alguna reseña de la conferencia.)

Es esa inconmensurable distancia la que hay que cruzar para poder entender la historia de la inmigración italiana en esta ciudad.

Cantantes líricos venían de Italia en esos años, seguramente, a presentarse en los teatros.
Otros cantaban en sus casas (mientras lavaban la ropa), o trabajaban, o se juntaban con los amigos.

Yo recuerdo haberle dicho a mi madre que me gustaba cantar. Pero ni mí, ni a ella ni a nadie se le ocurrio que eso era algo que yo podría haber estudiado. Era otro mundo, absolutamente. Como el del doctor Ciarlantini.

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