29 de abril de 2014

una calma nueva, inusitada.


bombones de chocolate, una torta, una tarta de acelga y otra de zapallitos. Todos los platos y los enseres quedaron bien lavados.

la jerga, la lengua de la tribu.

el libro nuevo que me prestaron puede esperar, de la ultima entrevista que hice me doy cuenta que me acabo de olvidar, todo parece mas distante, mas ajeno.

una montaña de profiteroles rellenos de crema en una fuente de acero en una confitería de Perugia que me viene de repente a la memoria, así, sin que nada absolutamente me la evoque.
 
los que van a quedar afuera no por no saber o no ser buenos en lo suyo, sino simplemente por no manejar la jerga, la lengua de la tribu.

miro como si no formara parte, aún estando o habiendo estado en el corazón de todo.

una alegre y saludable calma.

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