22 de enero de 2015

Acabo de ver la foto de un conocido abogado, ciego, tomando la manita de su nieta recién nacida que está en la incubadora: todavía tengo lágrimas en mis ojos.

(Pero uno en el fondo siempre es como las mujeres en los funerales de Patroclo: llora por los demás y llora también por lo suyo propio).

Por qué la melancolía este verano: no recordábamos un verano tan lluvioso e inestable en años, y me estan faltando tardes al sol, y caminatas, y calor en el cuerpo para reponerme.


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