13 de enero de 2015

Me saque un peso de encima, creo. El peso estaba en mi cabeza, claro.

Cabeza que me duele, claro.

De una cosa me daba cuenta hace un rato:  salvo uno o dos, los poetas ya no escriben  o por lo menos ya no leen o no publican. Quién lo hubiera dicho, hace unos años.





1 comentario:

Marina dijo...

Quedamos las escritoras, Ana. Capaz que a ellos les gustaba más ser poetas que escribir.