26 de enero de 2015

"Cuando la escasez llega, hasta el diablo sale de su cueva", memorable sentencia  oída recién en el capitulo de hoy de la novela turca. El problema no es la novela en si, sino la razón por la que una cosa así llega a ser la novela del horario central: padres que controlan y disciplinan hasta el ultimo detalle la vida de sus hijos, mujeres sumisas, cariñosas, obedientes, pretendientes celosos que dicen: para qué le vamos a preguntar a ella?. En un primer momento uno siente que la novela que viene luego es una ráfaga de progresismo, de libertad... mmmm... : chicas cocoritas con sus tetas bien montadas, labios carnosos como chinculines, ropa colorida, cabellos bien teñidos, un hermano mayor que impone su ley, un ex marido padre y amante que ordena a los gritos todo el circo a su alrededor, embarazos fingidos para tenerlo "atrapado"  al galan... pero bueno, santos viejos no hacen más milagros: mis amigas en facebook publican en este mismo minuto: que onur se derrita por mí, yo quiero que onur me mire así (y boludeces así, y eso que el tipo es pelado y turco).

Un pijama de tela de conejitos hecho durante esta tarde mientras duró la lluvia.
La máquina de coser.
Los retazos de la tela.
El photoshop que les hice a las fotos que escaneamos ayer y que vamos a imprimir para completar nuestos álbumes.
Vidas bien vividas, con todo lo que tuvieron de doloroso y bueno, como todas.
Alvaro también lloraba hoy cuando le dí el paquete con las fotos de él.





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