12 de enero de 2015

Árbol

Insisten en cortar los árboles de la plaza: anoche cuando volví de la playa encontré talado uno de los pinos más añosos, altos y frondosos, el árbol de la casita secreta, el árbol a cuya sombra los taxistas se sientan a tomar mate y los enamorados a abrazarse, donde los borrachos dejan sus cartones de vino vacías y los pájaros de la tarde desaparecen después de cada vuelo en bandada.

Quiero ir a la plaza ahora a hacer mi caminata diaria, pero no me animo: la intemperie me desasosiega.



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