1 de mayo de 2014

" El primero de mayo antes helaba siempre, o habia mucho viento", me dice el pescadero mientras barre la vereda, "mira hoy, parece un día de primavera".

Igual ahora llueve, con relámpagos y truenos, ya está todo oscuro en el patio, acabamos de comer un asado, y en el fondo del fogón reluce un rescoldo entre las cenizas. Una remota noche de la adolescencia con algunas de mis compañeras de colegio sentadas todas frente a un enorme hogar mirando las llamas, las brasas, los troncos que se derrumban, el cura también anda por ahí, ya es hora de ir a dormir pero quedamos fascinados por ese fuego recóndito, inmenso ahí dentro, profundo como el color que muy lentamente se va apagando.




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