11 de mayo de 2015

Un desvanecimiento, esta mañana. Como una ola enorme que antes de romper se retira y deja la playa casi en seco, algo asi sentí hoy por un momento. Despues se pasó, como todo.

La caminata.
El sendero por el parque.
Los árbolitos recién plantados, y los añosos.
El pasto bien cortado.
El puente de barandas azules (que seguiremos usando mientra el hormigón sobre el zanjón esté así de finito a punto de quebrarse).
La ferretería enorme de la esquina.
El canal que baja lleno de agua de las sierras.
El punto del globo terrqueo en las antípodas de este parque.

Un sube y baja, las antípodas, como la ola gigante, o como la marea, en el que se alternan la luz y la oscuridad, el sueño y la vigilia, y la plenitud y el vacío.

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